El CIS augura las victorias holgadas de Urkullu y Feijóo el 12-J
El PP gallego reeditaría su mayoría y el PNV la ampliaría
El sondeo da por hecho otra mayoría absoluta de Alberto Núñez Feijóo, mientras Iñigo Urkullu aumenta escaños pero necesitaría al PSE.
El poder solo desgasta a la oposición. El aforismo dictado por el maquiavélico Giulio Andreotti cobra especial vigencia en el territorio autonómico Galeuska. Las elecciones del próximo 12 de julio en Galicia y Euskadi prometen ser un paseo militar para sus actuales mandatarios, según el CIS. El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, cuenta con una expectativa de voto del 46% (1,6 puntos menos que hace cuatro años pero con la posibilidad de sumar un escaño más a sus actuales 41) y el lehendakari Iñigo Urkullu se mueve en torno al 41% (tres puntos más que en el 2016 y hasta 34 diputados, lo que supondría seis más que ahora y quedarse a apenas cuatro de la mayoría absoluta, cifrada en 38 escaños en ambas cámaras).
La oposición gallega –encabezada por un socialismo que mejoraría entre dos y cuatro escaños su pésima cosecha del 2016– reuniría 35 diputados en el mejor de los casos. Y en el escenario vasco, la clave radica en que el actual bipartito entre peneuvistas y socialistas no solo lograría la mayoría absoluta que se le escapó en el último momento hace cuatro años sino que el 12-J podría llevarla hasta entre 42 y 45 escaños.
Los restantes indicadores de la encuesta del CIS parecen avalar las luminosas expectativas tanto de los populares gallegos como de los nacionalistas vascos. Para empezar, un 46% de los gallegos y más del 63% de los vascos juzgan positiva la situación de su comunidad. Y mientras un 41% califica de buena o muy buena la gestión de la Xunta, la cifra supera el 55% en el caso del Gobierno de Euskadi. Además, la actuación de Feijóo es valorada positivamente por el 46% de los gallegos (y solo uno de cada cinco la suspende), mientras que la gestión de Urkullu es considerada buena o muy buena por la mitad de los vascos (y solo la reprueba uno de cada diez).
A la vista de estos datos, no es de extrañar que en torno al 65% de gallegos y vascos hayan decidido su sufragio en clave local. Otra cosa es la participación, que en Galicia puede acercarse al 69% (15 puntos más que hace cuatro años y una ventaja para el candidato del PP), mientras que en Euskadi podría alcanzar al 60%, la misma que en el 2016.
Asimismo, las expectativas y las preferencias van de la mano en ambos territorios: el 80% de gallegos y vascos dan por hecha la victoria de Feijóo o de Urkullu, y un tercio de ellos desea, además, el triunfo del PP o del PNV. De hecho, un 45% de los gallegos prefiere al candidato popular como presidente y un 43% de los vascos apuesta por Urkullu.
Por recuerdo de voto, el 21% de los votantes socialistas de las últimas legislativas prefiere a Feijóo (lo mismo que un 10% de los del BNG). Y en el caso de Urkullu, es el preferido por un 40% de los votantes del PSE, el PP o Cs, y por el 23% de los de Podemos. Es decir, el actual lehendakari se ha convertido en una auténtica máquina “atrapavotos”.
La mejor prueba de ello es que un 20% de los votantes que cosechó el PSE el 10 de noviembre apostará ahora por el PNV, lo mismo que un 10% de los de Podemos, un 15% de los de Casado y un 27% de los de Cs. Feijóo, en cambio, solo captará un 10% de los votantes socialistas del 10-N, pero parece empujar a la abstención a otro tercio de ellos y también a a un 40% de los de Podemos o a una cuarta parte de los del BNG.
En cuanto a la segunda plaza, en Euskadi parece asegurada para Bildu, mientras que en Galicia el PSDG podría sufrir para recuperarla ante el ascenso del Bloque y la buena nota de su candidata. Finalmente, la lista conjunta de PP y Cs en el País Vasco, encabezada por el candidato impuesto desde Madrid, Carlos Iturgaiz, podría sumar solo la mitad de los sufragios que obtuvieron ambas fuerzas en el 2016.
El presidente de la Xunta podría sumar un escaño más a los 41 de hace cuatro años, y el lehendakari, hasta seis