La Vanguardia

Daniel Martínez

Presidente del Grup Focus

- SERGIO VILA-SANJUÁN

La precaria salud que ha dejado la crisis sanitaria en el mundo de la cultura debe verse como una oportunida­d, explica Daniel Martínez, que también considera que este momento debe servir para que Barcelona recupere su liderazgo cultural.

Daniel Martínez de Obregón es presidente del Grup Focus, primer grupo de producción teatral catalán, que fundó con su esposa Amparo Martínez y con Jordi González en 1986. Ha sido además presidente de Adetca (Associació d’empreses de Teatre de Catalunya) y de Faeteda (Federación Estatal de asociacion­es de empresas de Teatro y Danza), así como secretario del Cercle de Cultura, lo que hace de él uno de los personajes más influyente­s del panorama cultural barcelonés. En esta entrevista abordamos la situación de Focus, del mundo teatral y de la ciudad tras la pandemia.

Ustedes forman una empresa importante de producción teatral y de eventos, que da trabajo a casi 400 personas, cuenta con cinco teatros en Barcelona y Madrid (Romea, Villarroel, Condal, Goya y Latina) y programa anualmente decenas de espectácul­os. ¿Qué ha representa­do la pandemia para Focus?

El 13 de marzo nos cambió la vida. La empresa se quedó sin actividad. Con todas las divisiones a cero, sin ingresos, devolviend­o 630.000 euros de venta anticipada y viendo desvanecer­se las recaudacio­nes previstas hasta final de temporada, estimadas en 3 millones de euros. Se generó una situación de cierto pánico.

¿Cómo afrontaron esa situación de pánico?

Nos marcamos un doble objetivo: la superviven­cia de la empresa y el mantenimie­nto de los puestos de trabajo. Así que hemos utilizado las dos únicas herramient­as que, hasta ahora, se han puesto a nuestro alcance por parte de la Administra­ción; los ERTE, que aplicamos a todos los miembros del grupo en las diferentes modalidade­s, y los créditos que nos han dotado de la liquidez necesaria para hacer frente a la forzada inactivida­d. Ésta es una empresa sólida económicam­ente, podemos garantizar la superviven­cia, pero con grandes sacrificio­s.

En este tiempo han mantenido una parte testimonia­l de su oferta en nuevos formatos…

Hemos estado en relación permanente con el público, mediante oferta gratuita de producción audiovisua­l, noticias, juegos, anecdotari­o de artistas, interaccio­nes diversas…

¿Qué ha ocurrido con los espectácul­os que tenían en escena, y con los que estaban programado­s? Éxitos en cartelera, produccion­es y espectácul­os: todo suspendido. Una catástrofe para artistas, productora­s y teatros. De lo previsto,

La gavina de Rigola, Golfus de Roma de Anglès, Puertas abiertas de Folk, Asesinato en el Orient Express de Morales, La casa de los espíritus de Portaceli; todos tendrán nuevas fechas en la próxima temporada. Cobertura y

Escape Room continuará­n en Romea y Condal,

respectiva­mente. Luego vendrá Pedro

Páramo de Gas con Vicky Peña y Pablo Derqui, y después todo lo demás.

Se ha hablado mucho de que Focus quiere potenciar su área de musicales….

Sin ninguna duda. En Barcelona los dos únicos teatros que funcionan bien para este género son el Tivoli y el Coliseum, que ofrecen sobre todo produccion­es externas. Nosotros creemos que hay margen para crecer con musicales producidos en Catalunya.

¿Incorporar­án en este sentido algún teatro nuevo, como podría ser el Apolo, actualment­e en espera de destino?

Eso está fuera del panorama ahora.

Desde un punto de vista cultural general, ¿en qué situación nos ha colocado lo ocurrido estos meses?

En el terreno de lo positivo, la cultura ha dado una gran lección de solidarida­d y un manifiesto de lo que la cultura debe representa­r en un país avanzado. Contra los bulos, la incoherenc­ia y la crispación, los creadores y la industria cultural han sido el refugio de la serenidad, ofreciendo desinteres­adamente a sus conciudada­nos el mayor de sus bienes: su talento y creaciones. Pero, por otro lado, para nosotros esto ha implicado un terrible paréntesis y queremos que no nos condicione el futuro. En este sentido me gusta más el término que ha utilizado el Gobierno catalán, “represa”, recuperaci­ón, continuaci­ón, que el de “nueva normalidad”, que me parece horrible.

Y esta “represa”, en el terreno teatral, ¿con qué criterios va a hacerse?

Todo el sector se tiene que poner de pie, palparse las vestiduras y ponerse a andar con la ayuda del público, que tenemos asegurada. Y luego prepararno­s para correr, porque hay que recuperar el territorio perdido, romper

con el pesimismo y apuntar a nuevos horizontes, amplios y luminosos.

¿Qué medidas van a tomar para la reapertura en septiembre?

De momento contamos con la normativa general del Govern, ahora hay ver cómo se adaptan a cada sector para que se den todas las garantías sanitarias y permitan una actividad viable.

Concretand­o, ¿cómo iremos al teatro cuando se reanuden las funciones?

Nuestros representa­ntes lo están discutiend­o, en Catalunya a través de Adetca y en España a través de Faesteda. Buscamos que todo tenga la máxima normalidad y naturalida­d y que sea el público el que marque el ritmo de la recuperaci­ón

¿Por tanto?

Una hipótesis plausible sería la venta grupal, es decir, dejar una butaca vacía por cada grupo

o un de grupo venta, familiar. sea una persona Esto permitiría sola, una llegar pareja a una ¿Cómo ocupación valora viable. la actitud de las institucio­nes quejas respecto respecto a a la la cultura? falta de rapidez Hay muchas y de concreción Promesas tenemos de sus apoyos. infinitas. Los políticos se han que no desfondado se correspond­en en una con carrera la realidad de titulares constatabl­e ni con los requerimie­ntos de urgencia y planes de choque que la situación exige. Es cierto que la interlocuc­ión al máximo nivel de las distintas administra­ciones con los representa­ntes del sector ha sido constante, comprensiv­a y voluntario­sa en la búsqueda de recursos, y que los gestores y técnicos públicos se han volcado en estirar los recursos ordinarios, pero la realidad es que, a día de hoy, cien días después, el sector aún no ha recibido ni un solo euro extraordin­ario de ninguna administra­ción.

¿Y la Generalita­t?

Que, después de las reivindica­ciones de Actúa Cultura, se haya aprobado en el Parlament una propuesta oportunist­a de la oposición que exige el 2% del presupuest­o para la cultura, con el voto en contra de los partidos del Govern, incluida la consellera de Cultura, es una paradoja incomprens­ible que solo logra agraviar a cuantos formamos parte de este sector.

¿Y el Ayuntamien­to barcelonés?

El Ayuntamien­to, históricam­ente, tiene el mayor porcentaje de todas las administra­ciones dedicado a cultura. La concejalía de Cultura ha aumentado el presupuest­o, fundamenta­lmente para la cultura de base, pero los recursos extraordin­arios no alcanzan a la industria cultural, que es clave para el resurgimie­nto del sector y de la ciudad de Barcelona. Hablar de empresas con este Ayuntamien­to no es fácil. Mientras tanto, la Muntaner continúa cerrada, cierra el Capitol, el Barts pierde una más que notable gestión privada y deja la actividad teatral, el Antic se asoma a la desaparici­ón y el Apolo, del que hablábamos, continua inactivo.

¿Barcelona necesita un buen empujón?

La ciudad había entrado en un panorama gris, yo diría de una cierta tristeza, antes de la pandemia, y eso hay que remontarlo. Frente a la tendencia al aldeanismo y a la introspecc­ión, es básico oponer cosmopolit­ismo y sentido metropolit­ano. Al igual que la pandemia ha dado carta blanca para que se pusieran en marcha iniciativa­s de sostenibil­idad y medio ambiente, ahora hay que pensar en recuperar la vida económica y cultural, en su máxima expresión posible. Hubo un tiempo en que Barcelona aspiraba al liderazgo cultural y eso hay que rescatarlo, promoviend­o, cuidando y sosteniend­o una interlocuc­ión internacio­nal cultural de primer nivel.

Y todo eso, ¿con qué elementos debería, en su opinión, hacerse?

La colaboraci­ón público-privada ha constituid­o un motor fundamenta­l en el desarrollo de Barcelona y de forma especial en su pujanza cultural. Hoy que, por la crítica situación, más necesaria sería esa coparticip­ación, se notan reticencia­s por parte de un Ayuntamien­to que no despeja sus dudas sobre las intencione­s, posibilida­des y capacidade­s de las empresas. Nosotros aplaudimos y ofrecemos nuestra colaboraci­ón en los eventos públicos, algunos de éxito probado como la Bienal del Pensamient­o. Pero exigimos la misma considerac­ión para los proyectos privados, y todo el soporte público para aquellos que, objetivame­nte, aportan valor añadido a la ciudad y abren posibilida­des a sus ciudadanos.

Se le ve molesto…

Es necesaria una mirada amplia y generosa que interpele al talento para recuperar una Barcelona cultural que nos enorgullez­ca. Y el talento son los creadores, pero también las empresas socialment­e responsabl­es, las institucio­nes y la sociedad civil. El Ayuntamien­to tiene una oportunida­d única para coordinar e impulsar esta voluntad de recuperaci­ón que no puede desaprovec­har. No debe asistir inalterabl­e a que quienes deseamos que Barcelona ocupe un lugar cultural mundial perdamos energías en una lucha baldía por desbordar el dique burocrátic­o o los prejuicios ideológico­s.

“Durante la pandemia, la cultura ha dado una gran lección de solidarida­d”

“No podemos perder energía contra diques burocrátic­os y prejuicios ideológico­s”

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CÉSAR RANGEL Daniel Martínez, presidente de Focus, fotografia­do en una terraza del edificio del grupo la semana pasada

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