La Vanguardia

La misteriosa vida del perico

- Joaquín Luna

La otra noche, barrio barcelonés del Born, tres amigos, copas en mano en la acera. Un joven extroverti­do se acerca a pedir fuego. Hay que agradecer la concisión con la que explicó su vida. Pablo, el único perico de los tres, llegó a creer que estaba ante otro bicho raro. –¡No! ¡Soy del Barça!

–Ah, como todos... Entendí como pocas veces el secreto del misterio deportivo más grande de Catalunya. ¿Se puede ser del RCD Espanyol pudiendo elegir el FC Barcelona?

Hoy, el RCD Espanyol juega una final en Sevilla a las 22 horas –después recibe al Real Madrid– sin el más mínimo riesgo de que en caso de victoria sus aficionado­s hagan sonar bocinas, lancen cohetes sobrantes de la verbena o eso que ahora llamamos la ciudadanía se despierte el viernes de mejor humor.

Las finales del Espanyol son íntimas e intransfer­ibles, una manera de vivir el fútbol tan extraña que invita a la meditación.

Gracias a la globalizac­ión, hay quien se hace seguidor en el 2021 del Liverpool o del Borussia Dortmund antes que plantearse siquiera la opción del segundo club de Barcelona cuyo hipotético descenso sería recibido con una salva mayoritari­a de chistes, banderilla­s y, con suerte, el muy mexicano canta y no llores (sin suerte, con el crudo orfeón de ¡A segunda, oe!, que a buen seguro un sector del Camp Nou entonaría dentro de cuatro jornadas, en la 35).

Naturalmen­te, la final de esta noche tiene consuelo. Queda mucha Liga, suele decir en estos casos, y pase lo que pase, el RCD Espanyol seguirá siendo un equipo de Primera pero no hay que ser Jorge Valdano para saber lo trascenden­tal del partido porque no se puede remontar este Tourmalet yendo de más a menos, la sensación que dejó el fiasco blanquiazu­l ante el Levante.

Vivir el fútbol así tiene algo de misterioso y acaso explica que los chavales sean del Barça y no del Espanyol, opción esta entre elitista y masoca porque lleva a pasar en meses de celebrar la clasificac­ión para Europa a rezar para que tu equipo no se mida la temporada próxima con el Mirandés (al que encima no se le gana sin bajar del autocar y donde en invierno te pelas de frío).

–Nosotros ya sabemos lo que es estar en Segunda.

Eso argumentan, orgullosos, los pericos vintage. ¿Orgullosos de conocer la Segunda? Tiene su lógica. ¿Cuantos barcelonis­tas desertaría­n del barco si el equipo descendies­e a Segunda? Yo calculo que más de la mitad. Por eso, los pericos no son como todos. Aunque hoy, ser del Espanyol y enfrentars­e al televisor a las 22 horas, sea un sinvivir.

¿Como afronta hoy un seguidor del Espanyol la final de Sevilla? He aquí el mayor misterio deportivo de Catalunya

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain