“El probador con realidad aumentada ha animado a los usuarios”
“El proyecto surgió de la necesidad de saber qué estaba pagando y a quién por un producto que necesito para mi salud visual”
Greyglasses es un ecommerce de gafas que ha logrado aumentar casi un 80% sus ventas durante el confinamiento. ¿Cómo? A través de un probador virtual con realidad aumentada, una herramienta que lanzaron hace más de un año y que en tiempos de la Covid-19 ha sido crucial. Otro de sus éxitos han sido las gafas especiales para el ordenador. “Todos hemos teletrabajado durante el confinamiento, nos pasábamos horas delante del ordenador y las pausas las llenábamos consultando el móvil o haciendo videoconferencias con los familiares y los amigos. Uno de nuestros productos estrella han sido las gafas para el ordenador que protegen la vista de la luz dañina (luz azul) que emiten los dispositivos. Hemos sido los únicos capaces de ofrecer una alternativa de compra digital para este producto”, explica Marta Frenna, cofundadora y CEO de Greyglasses Habéis aumentado un 40% los ingresos durante los meses de pandemia. ¿Qué os diferencia de otras plataformas
similares? La clave ha sido la tecnología Hay bastantes marcas de gafas
pero cuando lanzamos la nuestra hace dos años apostamos por la tecnología y una experiencia de compra totalmente digital. Antes del confinamiento nuestro público eran millennials, que compran todo
on line. Durante la pandemia, la demanda no se ha detenido porque las gafas siguen siendo necesarias. Cuando buscas gafas es porque las necesitas, pero te las quieres probar, y en ese caso el probador con realidad aumentada ha animado mucho a los usuarios. Otro de los factores del éxito son los precios, más bajos que en una óptica tradicional. Además, damos la posibilidad de devolverlas si no gustan, las graduadas también, lo que es inviable para una tienda. Aunque, de las ventas de abril no nos han devuelto ningunas.
¿Cómo funciona el probador?
Entras en la web, seleccionas las gafas del catálogo y aprietas el botón del probador virtual. Se enciende la cámara de tu ordenador o tableta y aparece tu imagen con las gafas. Si te mueves, ellas también, de modo que puedes verte desde todos los ángulos. Para ello usamos algoritmos de tracking facial. Otras ópticas on line requieren que te saques una foto y la subas a su servidor para que ellos te sobrepongan las gafas en tu cara. No es una prueba dinámica y ellos almacenan la foto. En cambio, nosotros con la realidad aumentada no almacenamos nada. Cuando tu apagas la cámara, la prueba termina.
También tenéis un recomendador virtual que utiliza la inteligencia artificial.
Sí, lanzamos un piloto en febrero y lo estamos implantando bien. Es un asesor virtual de imagen, te hace cinco preguntas sobre el color del pelo o detalles de tu rostro y, automáticamente, te selecciona las monturas que más te favorecen. En vez de buscar por todo catálogo, puedes filtrar las gafas a partir de las recomendaciones.
¿Por qué habéis decidido emprender en el sector de la óptica?
Somos un equipo de seis personas y todos somos miopes. De todos, yo soy la que más problemas tengo por mi graduación. Los precios que pagaba por las gafas me resultaban bastante abusivos, llegué a pagar 1.100 euros por unas. Además, siempre había sentido curiosidad por el sector. El proyecto surgió de la necesidad de saber qué estaba pagando y a quién por un producto que necesito para mi salud visual. Cuando me junté con otras personas con el mismo problema, decidimos investigar. Nos dimos cuenta de que los altos precios se deben a que la cadena de producción tradicional en la industria óptica es muy compleja. Todos se llevan un margen y eso impacta en el precio final. La conclusión fue que, si conseguíamos eliminar a los intermediarios, podíamos ofrecer un producto igual, con la misma calidad, y a un precio más asequible.