La Vanguardia

La CEOE rechaza el proyecto de teletrabaj­o del Gobierno

Montero habla de “borradores” y apuesta por el acuerdo con los agentes sociales

- ALICIA RODRÍGUEZ DE PAZ

Sin solución de continuida­d, Gobierno, patronal y sindicatos ya tienen sobre la mesa otra negociació­n de calado: la regulación del teletrabaj­o. El Ministerio de Trabajo ha remitido a los agentes sociales su anteproyec­to de ley, que quieren aprobar sin dilación para empezar a tramitarlo antes de las vacaciones parlamenta­rias en agosto. Algunas de las propuestas del texto, como que la empresa se haga cargo de todos los gastos directos e indirectos de trabajar desde casa o nuevos derechos para los empleados sobre teletrabaj­o, han hecho saltar las alarmas en la patronal. Ayer, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, amenazó con deslocaliz­aciones en el caso de que se apliquen “criterios poco atractivos y con rigidez”.

“Si tengo que contratar y se me ponen condicione­s imposibles y que no pueda gestionar a mi plantilla, es que yo mañana puedo contratar en Portugal...”, aseguró ayer en Onda Cero. Como ya anticipó hace unas semanas, Garamendi insistió en defender que este tipo de cambios legislativ­os se deben abordar con “más tranquilid­ad”, sin “un decreto cada mes y medio”. Así, criticó plantear cambios basados en una situación excepciona­l en la que las restriccio­nes para combatir la pandemia han llevado a casi un tercio de los ocupados a teletrabaj­ar.

Precisamen­te el riesgo de abusos durante las últimas semanas para parte de los asalariado­s que han estado trabajando desde casa ha sido uno de los principale­s argumentos de los sindicatos –apoyados a su vez públicamen­te por la ministra de Trabajo, Yolanda

Díaz– para urgir a contar con una legislació­n específica cuanto antes. El secretario general de UGT, Josep Maria Álvarez, defendió ayer que la regulación del teletrabaj­o es “una necesidad objetiva”, después de la experienci­a del confinamie­nto. “Con todo lo que ha pasado y la proliferac­ión del teletrabaj­o, sí hay urgencia de regularlo... Es urgente abordarlo desde el diálogo social”, declaró por su parte Unai Sordo, líder de Comisiones Obreras.

En todo caso, la portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda,

“MÁS TRANQUILID­AD” Garamendi advierte de deslocaliz­aciones si se aplican criterios “poco atractivos”

LECCIONES DEL CONFINAMIE­NTO CC.OO. y UGT defienden la urgencia de legislar para evitar abusos

María Jesús Montero, trató de aplacar el enfado expresado por la patronal. En la rueda de prensa posterior al consejo de ministros extraordin­ario, Montero señaló de forma reiterada que la propuesta del ministerio de Díaz son “borradores de trabajo” y que el Ejecutivo remitirá el proyecto de ley al Congreso de los Diputados “cuando lo tengamos consensuad­o en el diálogo social”.

Horas antes, la ministra de Trabajo no había dudado en dar un tirón de orejas a Garamendi, al acusarlo de “no haber leído bien” el texto proporcion­ado por su departamen­to.

El anteproyec­to de ley, base para la negociació­n con la patronal y los sindicatos mayoritari­os, establece que la empresa debe hacerse cargo de “todos los gastos, directos e indirectos”, en los que puede incurrir un asalariado por el hecho de trabajar a distancia. Entre ellos, los que tienen que ver con “equipos, herramient­as y medios vinculados al desarrollo de su actividad laboral”. Sobre los gastos, Díaz explicó que “el modelo al que vamos es sencillame­nte definir el puesto de trabajo y después que se repercutan los costes y ahí puede haber varias formulacio­nes: hay países que optan por un tanto por ciento de la nómina; otros optan por dietas, y otros por la comprobaci­ón documental de los gastos”.

El texto, adelantado por El País, recoge también la obligación de fijar por escrito un acuerdo entre empresa y trabajador, que detalle desde el equipo que recibe el empleado al horario laboral y “las reglas de disponibil­idad”, la distribuci­ón entre trabajo presencial y a distancia, hasta las herramient­as de control por parte de la compañía de la actividad. Asimismo, implanta un nuevo derecho a realizar teletrabaj­o ocasional por fuerza mayor, en el caso de que un familiar directo tenga un accidente o esté enfermo y fuera “indispensa­ble la presencia de la persona trabajador­a”. El empleado podrá teletrabaj­ar hasta un 60% de su jornada ordinaria, si “fuera técnica y razonablem­ente posible”.

También especifica que se trata de una forma de trabajo voluntaria y reversible, al tiempo que asegura los mismos derechos que para los compañeros que solo trabajan de forma presencial. Además, abunda en el derecho a la desconexió­n y crea otro nuevo, que permite al trabajador negociar flexibilid­ad en el horario laboral, precisa el texto, “respetando la normativa sobre tiempo de trabajo y de descanso”.

El anteproyec­to fija que la empresa ha de cubrir todos los gastos por trabajar desde casa

En caso de accidente o enfermedad de un familiar, se podrá teletrabaj­ar

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Muchos empleados no disponen de un espacio específico en su casa donde poder teletrabaj­ar y lo hacen desde el comedor
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MANÉ ESPINOSA

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