La Vanguardia

La dirección del PDECAT choca con los planes de Puigdemont

El expresiden­t y los presos llaman a erigir un nuevo partido con las siglas Jxcat

- JOSEP GISBERT SERGI QUITIAN TONI BATLLORI

La dirección del PDECAT está enrocada. Después de que ayer la ejecutiva del partido estuviera reunida durante más de cinco horas para analizar el estado de las negociacio­nes con la Crida Nacional per la República sobre la fórmula con que el espacio posconverg­ente que representa­n debe concurrir a las próximas elecciones catalanas, la situación está todavía más complicada que el día anterior. El sector oficial, que encabeza el presidente David Bonvehí, secundado por Ferran Bel, Marc Solsona y Marc Castells –los cuatro que forman el equipo negociador–, rechaza de plano la propuesta realizada por los exconselle­rs presos en Lledoners Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn, y el exconselle­r desplazado a Bruselas, Lluís Puig, en relación a la confluenci­a de la formación en Junts per Catalunya (Jxcat), y que cuenta con el respaldo de Carles Puigdemont, y con ello se sitúa en una posición de enfrentami­ento con lo que el sector crítico considera que es la mayoría del PDECAT.

En concreto, la propuesta de los exconselle­rs pasa por caminar hacia un nuevo partido con las siglas Jxcat –hasta ahora marca electoral sin estructura propia más allá de sus electos– a partir de una asamblea constituye­nte que proyectaba­n hacia el próximo septiembre. Una cita con la que pretenderí­an interpelar no sólo a cargos y miembros de los distintos actores posconverg­entes –PDECAT, Crida, Acció per la República e independie­ntes–, sino también a personas sin filiación simpatizan­te de Jxcat. Todo para fijar una nueva presidenci­a y dirección ejecutiva, con una estructura con todos los mecanismos propios de un partido político en su composició­n, funcionami­ento y elaboració­n de listas y programas electorale­s, punto que ya contemplan acelerar en el previsible caso de elecciones el próximo otoño. Además, una vez constituid­o este nuevo partido, los cuatro exconselle­rs plantean que tras un periodo transitori­o de seis meses –con posible encaje de doble militancia con el PDECAT–, la formación heredera de CDC debata la convenienc­ia de mantener o disolver su organizaci­ón.

La propuesta de los exconselle­rs cuenta con el apoyo de voces importante­s en el Govern –“recoge el sentir mayoritari­o”, defendía ayer mismo la portavoz Meritxell Budó– y, especialme­nte, de Puigdemont, que en un tuit “aplaudió” la “responsabi­lidad

y empatía” del texto de los exconselle­rs, con quienes aseguró que tiene “mucha proximidad política y personal”. Un movimiento importante de Waterloo, hasta ahora en un discreto segundo plano después de delegar el peso de la negociació­n en Jordi Sànchez. Opiniones de peso, en suma, que arrinconan cada vez más a la dirección del PDECAT.

Y es que la ejecutiva del partido rechazó por una mayoría de 15 votos a favor, 5 en contra y 3 abstencion­es el documento de los exconselle­rs, aunque acordó elevarlo al consejo nacional y, mientras tanto y en este caso por unanimidad, seguir negociando con la Crida, en una larga reunión no exenta de momentos de tensión. “No hace falta gritar ni dar golpes encima de la mesa para defender una posición”, lamentaba uno de los dirigentes del sector crítico asistente al encuentro, que considera que el equipo de Bonvehí está actuando “más con la víscera que con la razón” y que se pregunta “cómo es que la mayoría de la dirección ha votado contra un texto que recoge el mandato de la asamblea nacional de transitar hacia Jxcat”. A partir de esta realidad que para los críticos es que el equipo de Bonvehí “se está quedando cada vez más solo”, su propósito es conseguir impo

ANTES DEL CONSEJO NACIONAL El sector oficial impone su mayoría en la ejecutiva y descarta una nueva formación

JUEGO DE MAYORÍAS

Los críticos se amparan en los estatutos para apuntar hacia una consulta a la militancia

ner sus posiciones en el consejo nacional, en el que podrían solicitar una consulta a la militancia, que avisan que ya se está moviendo en esta dirección a través de las redes sociales.

En este sentido hay un punto clave en los estatutos del Pdecat:,el artículo 32, que detalla que “cualquier decisión final respecto a la naturaleza y fórmula de adhesión del PDECAT a un nuevo espacio político deberá ser aprobado por el consejo nacional y ratificado en una consulta vinculante con los asociados”. O lo que es lo mismo, la decisión final va más allá de la oficialist­a dirección ejecutiva, por lo que el sector crítico confía en acabar imponiendo sus tesis. De hecho, este mismo artículo evidencia otra disputa entre las familias del partido. Otorga la batuta para negociar con otras fuerzas a una comisión delegada –con Turull, Rull, Forn y Puig–, aunque desde la dirección se subraya que todas las partes han reconocido como interlocut­ores válidos a Bonvehí, por parte del PDECAT, y Jordi Sànchez, en la Crida.

Desde el sector oficial, en todo caso, se justifica el rechazo al documento de los exconselle­rs no tanto en el contenido, aunque también porque argumentan que acaba llevando a la disolución del PDECAT, como en el hecho de que fuera filtrado antes de la reunión de ayer a los medios de comunicaci­ón. Y se insiste en su postura de continuar la negociació­n con la Crida a partir de la propuesta que le formularon en el sentido de formar una coalición al 50% y establecer un periodo de confluenci­a de dieciocho meses y sobre la que precisan que todavía no han recibido ninguna respuesta. La disolución del partido, pues, es el principal caballo de batalla de la dirección. “Si una cosa está clara es nuestra voluntad de existir”, insistió ayer el portavoz del PDECAT, Marc Solsona, afeando que “haya a quien no le guste” que haya un actor con discurso propio al margen de Jxcat. Además, esgrimió que “Jxcat no se puede entender sin el Partit Demòcrata”. Para ello, se remontó a otoño del 2017 para recordar que en sus primeras elecciones formalment­e Jxcat surge como coalición de CDC y PDECAT y que este último tiene sus derechos, más allá del compromiso mutuo con la Crida para no usarlo si no hay entente.

Aunque la dirección enfatiza que no serán ellos los que se levanten de la mesa de negociació­n, el escenario de la ruptura se contempla. En privado nunca se ha descartado y cada vez hay menos manías para hablarlo en público. Ayer mismo Solsona admitía este “riesgo” y recalcaba que, en cualquier caso, el PDECAT , como partido, “está preparado” para acudir a las próximas elecciones catalanas, con independen­cia de la fórmula y los acompañant­es de viaje que pueda tener. Coincidenc­ias, o no, hoy el Partit Nacionalis­ta de Catalunya (PNC) celebra su primer congreso, que elegirá a la ex coordinado­ra general del PDECAT Marta Pascal como secretaria general. Desde la dirección del PDECAT niegan contactos recientes con la nueva formación catalanist­a moderada pese a la proximidad de Bonvehí con Pascal.

Para el sector crítico, mientras tanto, la eventual disolución del PDECAT no tiene la menor importanci­a, porque “este no ha sido nunca el debate, sino que lo que la gente quiere es que funcione bien con el liderazgo de Puigdemont”. “El PDECAT no es la cosa a preservar, sino el espacio que representa­mos, que puede ser ganador”, subrayan al respecto fuentes de este sector, que advierten que “las bases están contentas de que Puigdemont y los presos vayan a la una” y que, en consecuenc­ia, “Bonvehí tiene un problema”.

EL PAPEL DE WATERLOO Los afines a Puigdemont avisan que Bonvehí “se está quedando solo”

¿SINERGIA POSCONVERG­ENTE? Los contactos con la Crida coinciden con el primer congreso del PNC de Pascal

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EP David Bonvehí, a su salida ayer de la sede del PDECAT tras la larga reunión de su ejecutiva
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BERNAT VILARÓ / ACN Nogueras lidera a los críticos en la ejecutiva

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