Concierto para plantas
Ofrecer un concierto de música clásica a casi tres mil plantas instaladas en el Liceu, so pretexto de deleitar a representantes del mundo vegetal con lo más exquisito del arte humano es, en realidad, una muestra del antropocentrismo más extremo: el artista no ha preguntado a sus plantas si les gustaba la música clásica, ni si preferían escucharla en un palco del Liceu o en su hábitat natural; porque ¿no hubiera sido mejor trasladar al cuarteto a un parque y deleitar a árboles y humanos a la vez? Claro que eso no hubiera sido una ocurrencia lo bastante pintoresca como para ser calificada como arte.
Sabemos que los árboles se comunican entre ellos, y me gustaría saber qué piensan de semejante despropósito.
Alfredo Pastor
Barcelona