Consumo prevé implantar el nuevo etiquetado Nutriscore en el 2021
El Ministerio de Consumo ha comenzado a trabajar en un real decreto para que Nutriscore, un código de colores y letras para indicar la calidad nutricional de los alimentos, pueda implementarse en el primer cuatrimestre del 2021, según dijo ayer Alberto Garzón, titular de dicho ministerio, en su comparecencia en el Senado.
La legislación europea no permite que los fabricantes tengan que colocar esta información de forma obligatoria en sus productos, aunque Garzón espera que la inmensa mayoría de empresas se acojan a él.
Nutriscore es una etiqueta que se coloca el parte frontal del envase y que incluye la cantidad de calorías, grasas, grasas saturadas, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal que lleva un producto por cada 100 gramos o mililitros, y no por ración. En función de esta composición, se otorga una calificación a cada producto que se expresa con una letra y un color, que van de la A y el color verde, para los alimentos más saludables, hasta la E y el color rojo para los que lo son menos.
En opinión de Elena Carrillo Álvarez, dietista nutricionista de Blanquerna-url, Nutriscore “es uno de los sistema de información de packaging que más se ha estudiado. En Francia –donde ya está implantado– al estudiar la compra que se hace con alimentos etiquetados con este código se ha observado que ha sido útil para que la gente haga mejores elecciones alimentarias”.
También Consumo ha decidido que es “el más adecuado para tratar de promover hábitos alimentarios saludables en un país con un unos índices de obesidad del 14% y de sobrepeso del 26%”.
“De todas formas, hay que entender que Nutriscore no se puede usar para comparar productos del mismo tipo. Si por ejemplo entre dos natillas una tiene mejor calificación, hay que seguir teniendo claro que las natillas no son un producto sano, y por tanto su consumo tiene que ser esporádico, y no sé si este código ayuda a que la gente sea consciente de ello”, advierte Carrillo Álvarez.
Para Elena Roura, dietista nutricionista de la Fundación Alicia, “es muy difícil encontrar un sistema que dé solución a todo”. De hecho cuando se presentó Nutriscore se dio la paradoja de que alimentos absolutamente saludables como el aceite de oliva o los huevos obtenían una calificación peor que alimentos ultraprocesados, por lo que se decidió que los productos con un solo ingrediente quedarían exentos de este etiquetado. Claro que esto también incluyen el azúcar y la sal.
“Que no sea obligatorio es extraño, y tiene en cuenta criterios no nutricionales, como la proximidad y la sostenibilidad, que también son importantes. Pero puede ser útil para que la gente haga mejores elecciones, siempre que se explique muy bien cómo funciona el algoritmo por el que finalmente se ha optado, y que se haga mucha pedagogía”, dice Roura.
Por ello, Garzón anunció que uno de los instrumentos será promover buenos hábitos con el “diseño de un sistema de incentivos que haga que sean mas atractivos los productos saludables porque son más baratos y menos atractivos los poco saludables porque son más caros”.
En este sentido Roura recuerda que “una buena alimentación debe estar basada en un 95% o más en productos frescos, que no van envasados, y que por tanto no irán etiquetados con Nutriscore, y sólo en un 5% en productos ultraprocesados de consumo muy ocasional, que sí tendrán una calificación”.
Es un código de colores que califica la calidad nutricional de los alimentos, pero que no será obligatorio