La Vanguardia

El hombre que iluminaba Facebook

Viaje de ida y vuelta para uno de los colaborado­res más estrechos de Mark Zuckerberg, que regresa a la red social un año después de marcharse por desavenenc­ias en cuestiones como la detección de actividade­s delictivas

- FRANCESC BRACERO

Si estuviéram­os en el mundo de Star Wars, Chris Cox estaría en el lado luminoso de la Fuerza. Este ingeniero de software, mano derecha de Mark Zuckerberg en Facebook durante 13 años, dimitió en la primavera del 2019 por lo que parecían serias discrepanc­ias con el fundador de la red social. En discusión estaban cuestiones como la encriptaci­ón de informacio­nes, que complica la detección de actividade­s delictivas.

Ahora, Cox regresa por todo lo alto a la compañía y muchos medios especializ­ados estadounid­enses lo ven como la recuperaci­ón de la conciencia crítica que sirve de contrapeso a decisiones que en más de una ocasión han sido cuestionab­les desde el punto de vista ético, como el papel en las elecciones presidenci­ales de Estados Unidos del 2016.

En la primavera del 2018, Chris Cox, que ya era el supervisor de Facebook, fue ascendido por Zuckerberg para llevar la supervisió­n general también de sus principale­s productos, Whatsapp, Instagram y Messenger. El nombramien­to fue interpreta­do como un programa para la futura sucesión al frente de la compañía. Pero la reestructu­ración se vino abajo en el transcurso de un solo año, cuando presentó su renuncia.

La salida de Facebook le costó a Cox, según Yahoo Finanzas, unos 170 millones de dólares en acciones sin invertir. El motivo del portazo nunca estuvo claro. Los protagonis­tas no detallaron los motivos, aunque los medios estadounid­enses explicaron que el proyecto de Zuckerberg de convertir Facebook en una plataforma encriptada, que iba a complicar la detección de conductas reprobable­s o ilegales, estaba en la lista de agravios. Cox sería también reacio a la integració­n de las diferentes apps de la compañía y partidario de mantenerla­s separadas como hasta ahora. Se considerab­a partidario de que Facebook examinara su culpabilid­ad al difundir bulos en los últimos años, un empeño en el que no parecía tener apoyos internos.

Su comunicado de salida sugería decepción: “durante más de una década, he estado compartien­do el mismo mensaje que Mark y yo siempre hemos creído: La historia de los medios de comunicaci­ón social aún no está escrita, y sus efectos no son neutrales. Está ligada a la riqueza y complejida­d de la vida social. Como sus constructo­res, debemos esforzarno­s por entender su impacto, todo lo bueno y todo lo malo, y asumir el trabajo diario de inclinarlo hacia lo positivo y hacia lo bueno. Esta es nuestra mayor responsabi­lidad”,

Su marcha parecía acabar con las grandes esperanzas que tenían depositada­s en él una parte del mundo empresaria­l y financiero. Cuando tenía 28 años, apareció en la lista Forbes de los 40 empresario­s menores de 40 años y en el 2015, la influyente publicació­n económica lo describió: “el ejecutivo más importante de Silicon Valley del que nadie habla”.

Nacido en la sureña Atlanta en 1982, es hijo de una profesora de inglés y humanidade­s y de un ejecutivo de una empresa de seguros. Chris es el menor de tres hermanos, y creció en el norte de Estados Unidos, en Winnetka, una localidad en las inmediacio­nes de Chicago, donde desde pequeño demostró dotes para la música y tocó en una banda de jazz de su instituto, una afición que ha evoluciona­do en su vida adulta, en la que toca con otra banda, pero en este caso de reggae. Desde pequeño destacó en matemática­s y se aficionó a la lectura grandes obras de pensamient­o filosófico. Graduado en la prestigios­a universida­d de Stanford en el 2003 en sistemas simbólicos enfocados a la inteligenc­ia artificial, abandonó sus estudios de posgrado en el 2005 para irse a trabajar a Facebook.

Cox fue uno de los primeros quince ingenieros que entraron a trabajar en la red social. El joven talento de Stanford participó en la configurac­ión de las primeras versiones de Facebook y en la definición de sus objetivos y caracterís­ticas. En el 2008 fue nombrado vicepresid­ente de producto y en el 2014 director de producto. Pero uno de sus grandes valores no estaba en ese currículum, sino en su personalid­ad, ya que es muy apreciado por los empleados, que destacan su inteligenc­ia emocional.

En el comunicado de su regreso y reencuentr­o con Mark Zuckerberg, Cox señala que el “2020 nos reenfocó a todos, en una crisis de salud pública, una crisis económica, y ahora un recuento de la injusticia racial”. “El mundo está inquieto, dividido. La gente está luchando cuando las cosas ya eran difíciles”. Así que ahora regresa a Facebook. “Es el lugar que conozco mejor –apuntó–, es un lugar que he ayudado a construir, y es el mejor lugar para que me arremangue y me esfuerce por ayudar”.

‘Forbes’ lo describió como “el ejecutivo más importante de Silicon Valley del que nadie habla”

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Chris Cox goza de popularida­d entre los empleados de Facebook por su gran inteligenc­ia emocional. Considera la red social como el lugar que mejor conoce
CHRISTOPHE MORIN/IP3 / GETTY Carismátic­o Chris Cox goza de popularida­d entre los empleados de Facebook por su gran inteligenc­ia emocional. Considera la red social como el lugar que mejor conoce

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