Lidiar con la crisis en un restaurante de siempre
El empresario Joaquim Gay de Montellà se hizo el pasado 4 de marzo con la propiedad de El Trapío, un restaurante ubicado en una torre residencial modernista de 1880 de la parte alta de Barcelona que se define como un establecimiento “de toda la vida”. Toma el nombre de la manera de nombrar a un toro de lidia con buena planta. Solo ocho días después de la compra (el 75% del accionariado) ya lo tuvo que cerrar por la pandemia, y no ha vuelto a abrir hasta el 11 de junio. Gay de Montellà dice que la de este restaurante inaugurado en 1979 por Juan Sagnier, un amante del mundo taurino, ha sido “la presencia empresarial más corta de mi vida”. El cierre le ha supuesto dejar de facturar unos 400.000 euros. No obstante, dice que no se arrepiente de una inversión que le causa especial ilusión. Su voluntad es rejuvenecer, de la mano de su hijo Jorge, un restaurante con capacidad para 180 comensales. El Trapío, situado en la Bonanova, forma parte ahora de un conglomerado de restaurantes y hoteles propiedad de Arte y Restauración, fundada en 1986 y de la que Gay de Montellà, expresidente de la patronal Foment del Treball, es el administrador. Arte y Restauración es la división de restauración del holding Estram, y tiene establecimientos como el Hostal de la Granota en Sils, Mas Roure en Llagostera, Cal a Ros y Torre Bonica en Girona o el Restaurant Origen y el hotel Villa Paulita en Puigcerdà. También es dueño de la bodega Torre del Veguer. /