“Solo sé que, en 200 años, dirán que el payaso de ‘It’ es aún aterrador”
dicto final sobre mí. La mayoría de los escritores que son superventas permanentes se mueren, y su trabajo cae de la lista. Simplemente, desaparecen.
Claro, ¿quién lee a James Clavell hoy?
Sí. Me da un escalofrío. De joven, el gran escritor de bolsillo era John D. Macdonald. Cuando murió, su trabajo prácticamente desapareció. No sé qué pasará con mis cosas cuando muera, pero una cosa de la que estoy bastante seguro es que Pennywise, el payaso de It, permanecerá. El resto de las cosas pueden desaparecer, pero dentro de 200 años, la gente dirá: ‘Sí, Pennywise es realmente aterrador’.
Pero ¿usted sintió lo mismo escribiendo It que Los Tommyknockers?
Con It, siempre sentí que algo realmente funcionaba. Cuando escribí La cúpula, sentí también que algo realmente estaba funcionando. Con Los Tommyknockers, me sentí bien. Con El cazador de sueños, no, pero me dolía mucho todo, tuve un accidente y estaba luchando contra eso. Es muy diferente con cada libro. Hay novelas que se abren de una vez, y te dices a ti mismo que lo estás pasando bien enseguida. Incluso cuando no sucede, y te dices que tal vez todo aquello que haces es un error, debes recordarte a ti mismo que parte de lo que te pagan con tus derechos de autor es para superar esas dudas, para decirte a ti mismo: ‘Puedo estar equivocado, puede que esto sea bueno’.
Una vez dijo que sin la ficción, usted podría haber terminado como el francotirador de la torre de la Universidad de Texas. Y en lo que respecta a sus lectores, sé que ha tenido problemas con los fanáticos perturbados, y que prohibió reimprimir Rabia después de que se encontró en el casillero de un niño que cometió un tiroteo. ¿Cómo de gruesas o delgadas son las líneas entre una persona como usted, que tiene una imaginación oscura, y personas como las que acabo de mencionar, que eran delirantes? ¿Es solo la neuroquímica la que determina en qué lado de esa línea termina una persona? Creo que gran parte es neuroquímica, sí. Puedo abrir las puertas de la percepción a las 8 de la mañana, y generalmente se cierran alrededor del mediodía. El mundo se convierte entonces en un lugar racional. No creo que eso sea cierto para las personas que son delirantes y paranoicas. En este momento estoy mirando una foto en mi oficina, y no siento ninguna necesidad de mirar detrás para ver si hay una cámara. No creo que usted esté trabajando para la C.I.A. o que en secreto vaya a sacar el hacha de guerra contra mí. En cuanto a Rabia, escribí el primer borrador cuando estaba en el último año de secundaria. Mucho de eso viene de la olla a presión de la escuela secundaria. Sientes ese impulso de decir: ‘¿Qué pasaría si pudieras cortar el nudo gordiano y llevar una pistola a la escuela y mantener a tus compañeros como rehenes?’. Ese libro nunca fue un guión que promulgara los tiroteos masivos. Pero, aún así, después de un par de esos incidentes, te dices a ti mismo: ‘Esto es como dejar un arma cargada donde alguien con trastornos mentales puede agarrarla’. Así que es hora de guardarla bajo llave.
En el pasado, cuando la gente le preguntaba por qué escribe sobre cosas perturbadoras, dijo: ‘¿Por qué suponen que tengo otra opción?’. Lo cual es una buena respuesta, pero también quizás un poco evasiva. ¿Qué respuesta buscaban realmente las personas que le hacían esa pregunta?
Estaban buscando la fórmula secreta: ¿cómo sabía usted que esto funcionaría? ¿Por qué pensó que funcionaría? Mi respuesta a eso es que nunca lo consideré. Nunca pensé que me pasaría lo que me pasó. Hay días en que creo que todo esto es un sueño. Pero, para volver a su pregunta, nunca tuve otra opción. Este fue el tema que me atrajo, el terror. Es como la diferencia de gustos. A algunas personas les gusta el brócoli y a otras no.
¿No piensa que, al hacer esa pregunta, la gente esperaba que compartiera alguna revelación sobre su psicología más profunda?
No. La pregunta que hacen cuando quieren eso es: ¿cómo era usted de niño? Piensan que vas a decir: ‘Cuando era un chaval, me golpearon’ o ‘abusaron sexualmente de mí’ o ‘me secuestraron’. El hecho es que nada de eso es cierto.
¿Pero es cierto que vio a un amigo atropellado por un tren cuando tenía 4 años?
Mi madre creía que yo había visto eso. Ella dijo que ese chico había sido atropellado por un tren y que regresé ese día a casa, después de haber ido a jugar con él, y que estaba muy pálido y no podía hablar. Ciertamente no tengo ningún recuerdo de eso, al menos en mi mente consciente. Lo que sí recuerdo es que mi madre dijo que tenían que recoger los pedazos del cuerpo en una cesta. ¿Qué le parece el detallismo? Mi madre podría haber sido Stephen King.
(c) The New York Times
RESPONSABILIDAD
“Retiré ‘Rabia’ porque apareció en el casillero de varios locos que se liaban a tiroteos”
UN NO RECUERDO
“Mi madre dice que, a los 4 años, vi a un niño pillado por el tren, sus cachitos en una cesta”