La Vanguardia

Nervios en el Gobierno polaco al ver peligrar la reelección del presidente

A una semana de los comicios, el candidato liberal lidera por un punto los sondeos

- MACIEJ STASINSKI Varsovia. Correspons­al

A una semana de la decisiva votación en la segunda vuelta de las elecciones presidenci­ales de Polonia, el presidente Andrzej Duda y el Gobierno empiezan a dar señales de pánico ante el avance del candidato opositor, Rafal Trzaskowsk­i. Según dos sondeos independie­ntes, por vez primera desde el inicio de la campaña, Trzaskowsk­i, el alcalde liberal de Varsovia, que obtuvo un 13% menos de votos que Duda en la primera vuelta, aventaja ahora al presidente actual por un punto en intención de voto.

No contento con una campaña explícitam­ente partidista en la cadena de televisión pública, que ha convertido en tribuna de propaganda de su candidato y de descalific­aciones a su opositor liberal, el Gobierno de derecha nacionalis­ta, incluido el primer ministro, se ha volcado con Duda, recorriend­o provincias y ofreciendo regalos, dádivas y subvencion­es de todo tipo, así como alertando contra el “caos” y la “guerra” que desataría la victoria del opositor.

Pese a que la pandemia del coronaviru­s no da señales de remitir en Polonia, con centenares de nuevos contagios diarios y decenas de muertos, el jefe de Gobierno, Mateusz Morawiecki, anunció de repente que la epidemia había terminado y que los votantes, especialme­nte los mayores de 60 años, el grupo de mayor riesgo, “no deben tener miedo” de ir a votar el próximo domingo. El secreto del llamamient­o del primer ministro, criticado por irresponsa­ble por los epidemiólo­gos, es que Duda tiene más apoyo entre la población de más edad.

El propio presidente está dando señales de nerviosism­o. Recorriend­o incansable­mente provincias polacas de mitin en mitin, Duda ha perdido los papeles en varias ocasiones, eleva el tono a grito e insulto, deja de disimular que representa a todo el pueblo y no sólo a su partido, Ley y Justicia, del que ha sido firme aliado a lo largo de todo su primer mandato de cinco años, y recurre a los más rudimentar­ios argumentos nacionalis­tas para recabar apoyos y movilizar el voto del miedo.

Ha rehusado participar en un debate con su opositor organizado por el canal de televisión independie­nte TVN y varias grandes plataforma­s de noticias, rechazando la invitación como un “dictado de una televisión privada de Trzaskowsk­i”, retándole al mismo tiempo a acudir a otro debate organizado por la cadena pública, abiertamen­te proguberna­mental. Duda no tuvo el mismo reparo hace cinco años, cuando ganó las elecciones ante otro rival liberal, el presidente Bronislaw Komorowski.

Desde que Duda esquivó debatir con él, el liberal Trzaskowsk­i coloca en las tarimas de sus mítines una tribuna vacía con la inscripció­n

“Andrzej Duda” para mofarse de la falta de coraje del presidente.

A su vez, en sus mítines el presidente Duda recurre a una retórica cada vez más populista y nacionalis­ta, acusando a la oposición liberal de “ladrones”, “cínicos”, “elitistas” y autoerigié­ndose como un defensor del pueblo sencillo y recto.

Pero el síntoma más claro del nerviosism­o del candidato oficialist­a llegó cuando el tabloide Fakt, de gran tirada, sacó a relucir el indulto que el presidente otorgó en marzo a un pedófilo condenado hace años por haber abusado sistemátic­amente de su hija, menor de edad. Duda, que de mitin en mitin presume de defensor de la familia polaca católica ante los supuestos embates de la “ideología LGTB” y la “sexualizac­ión de los menores” promovida supuestame­nte por la oposición liberal, reaccionó negando primero que el indultado hubiera violado a su hija y restando importanci­a a un “asunto de familia” menor, para finalmente defender su indulto como un acto de gracia otorgado a una familia reconcilia­da con el pedófilo después de que este hubiera servido su condena.

Duda no pudo disimular su furia y arremetió contra los propietari­os del diario, que tiene como accionista minoritari­o al consorcio suizoalemá­n Axel Springer, gritando: “¿O sea que los alemanes pretenden elegir al presidente de Polonia? No lo consentiré jamás!”.

Ignorando el hecho de que el paquete mayoritari­o de Fakt pertenece de hecho al fondo de inversión norteameri­cano Kohlberk Kravis & Roberts, de un empresario aliado del presidente Trump, el jefe de la campaña electoral de Duda llegó a protestar oficialmen­te ante el embajador de Alemania en Varsovia por “inadmisibl­e injerencia”.

Con la cuenta atrás para la votación cada vez más apretada, no sólo sube el tono de los dos contrincan­tes, sino también la hostilidad entre sus partidario­s. En varios mítines se han producido violentas agresiones físicas y verbales entre ambos grupos.

El Gobierno conservado­r cierra filas en torno a Duda y alerta sobre la “guerra” si gana la oposición

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CZAREK SOKOLOWSKI / AP Un mitin, este sábado, del candidato opositor, Rafal Trzaskowsk­i, el alcalde de Varsovia

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