El patriotismo de hoy
En un país como Catalunya, hoy, es pertinente reflexionar sobre el significado del patriotismo. Concepto vinculado a la estima al país que uno siente como propio y a las virtudes cívicas en favor de la comunidad. El patriotismo se puede manifestar de muchas maneras: en defensa de la cohesión y solidaridad de la comunidad, en defensa de la lengua, del talento, de la industria autóctona, de la cultura, del desarrollo económico y social a lo largo de todo el territorio sin exclusiones, y de tantas otras manifestaciones que vinculan el futuro de una comunidad de personas que se sienten nación. La situación actual requiere altas dosis de patriotismo. Me explicaré.
En Catalunya, una de cada tres personas de la población activa está sin trabajo (entre la tasa de paro y los ERTE). Una de cada tres empresas está en peligro y una de cada seis tiene un ERTE abierto. Prácticamente en un 50% de los hogares catalanes con dos miembros, sólo trabaja uno, y más de la mitad de los jóvenes asalariados menores de 30 años tiene un sueldo igual o inferior a los 1.000 euros mensuales.
Estas cifras son hoy mismo la realidad del país. La situación de gravedad que tenemos es más que evidente. No podemos esperar más para resolver estos déficits, que en algunos casos son fruto de los estragos provocados por el drama de la Covid-19, pero que en muchos casos son problemas estructurales que se arrastran desde la anterior crisis. Una foto de hoy después de años en que los partidos catalanes han relegado el cuidado que merece el tejido productivo, mientras los sucesivos gobiernos españoles practicaban el centralismo económico y condenaban a Catalunya
al déficit fiscal crónico.
Las potencialidades de la economía catalana son extraordinarias. En la aplicación de las nuevas tecnologías, en ámbitos como la sostenibilidad, la calidad de vida, la manufactura, el turismo o la industria 4.0 tenemos un potencial parecido a los territorios más prósperos de Europa. Tenemos talento y capacidades. Hay país. Hay tejido productivo. Barcelona puede convertirse en uno de los polos de innovación de Europa, fomentando nuevas cadenas de valor como el medtech, los textiles avanzados, la biotecnología, la robótica, la manufactura adelantada, el 5G y la microelectrónica.
El patriotismo, más que nunca, requiere cuidar hoy las herramientas que tienen que garantizar la solidez de la economía catalana de la mañana. Al contrario de lo que hacen los presupuestos de la Generalitat para el 2020 que condenan a la inanición a los factores de competitividad que tendrían que liderar la reorientación de nuestro tejido productivo. Y además, lo hacen incrementando la presión fiscal en nuestra casa, afectando a las familias, autónomos y pequeñas y medianas empresas y lastrando nuestra competitividad en un marco de economía globalizada.
Ante una crisis tan grave, lo que hace falta es gestionar mejor los recursos de todos, bajar impuestos, invertir en innovación y tecnología, suprimir el impuesto de sucesiones, reducir el IVA de determinados productos, como por ejemplo los sanitarios o la cultura. La administración tiene que planificar bien su endeudamiento para practicar la solidaridad con los que viven la crisis en primera persona pero evitando trasladar la carga de una deuda excesiva a las futuras generaciones. Gobernar pensando en el largo plazo y no sólo en las próximas elecciones. Y hace falta que la iniciativa pública y privada trabajen de común acuerdo y dejen de mirarse de reojo.
Es el momento de levantar Catalunya y la mejor manera de hacerlo es trabajando en pro de la competitividad del país, la generación de empleo (la manufactura y el turismo son primordiales en este objetivos) y apostar por una economía de alto valor añadido, garantía de la cohesión social futura. Patriotismo hoy es garantizar que las ayudas sociales lleguen allí donde hacen falta ante la emergencia económica que estamos sufriendo. Patriotismo hoy es pensar y actuar para los siete millones y medio de catalanes. Es la hora de trabajar juntos para levantar Catalunya. Es la hora de un patriotismo útil, efectivo y sin complejos.
Es hora de trabajar juntos para levantar Catalunya y es la hora del patriotismo útil, efectivo y sin complejos