¡Preparados, listos... 6G !
La Covid-19 precipitará cambios en materia de movilidad. Es momento de repensar estrategias, cambiar marcos mentales e involucrar a actores públicos y privados. Es momento de aprovechar el talento y liderar el cambio tecnológico.
Los cambios coyunturales tendrán que ver con una reducción de desplazamientos como consecuencia del incremento del paro, la reducción del turismo global y le os acontecimientos masivos. Todo eso se irá revirtiendo a medida que se avance en el tratamiento, la vacuna o la inmunidad.
Los cambios estructurales serán consecuencia de una reducción de la movilidad obligada por el incremento del teletrabajo, las reuniones vía plataformas digitales, la formación y los servicios médicos digitales, un incremento del comercio electrónico y, finalmente, con un desarrollo acelerado de plataformas de movilidad digitales donde operadores públicos y privados cooperaremos para ofrecer servicios y donde algoritmos facilitarán la mejor alternativa para movernos: la más sostenible, sencilla y económica. Para hacerlo necesitaremos digitalización ¡6G!.
El cambio en la movilidad vendrá acompañado de una evolución del concepto de ciudades, más pensadas y planificadas por las personas, con más espacios verdes y mucha menos contaminación del aire y acústica. Hemos tenido una cata de ello durante el confinamiento. Más que nunca, mantener la calidad del aire será una exigencia ciudadana de primer orden.
Hay que plantear un nuevo higienismo del siglo XXI, tal como Cerdà adoptó el higienismo francés a mediados de XIX. Uno back to basics en toda regla: reducción de aparcamientos para vehículos en superficie, más anchura de calles y plazas para moverse a pie, mejores carriles para bicis y patinetes segregados de los peatonales, espacios para compartir todo tipo de vehículos eléctricos, nuevos carriles para repartir las ventas del comercio electrónico con robots autónomos que pararán delante de nuestra casa y esperarán a que bajemos a buscar nuestros paquetes.
La suma y resta de movilidad coyuntural y estructural postcovid-19 nos da un pequeño margen de tiempo para invertir en generar más oferta de transporte público interurbano. La cuota de movilidad interurbana en coche en la región metropolitana de Barcelona pre-covid-19 era de un 55% y corremos el riesgo de que aumente. Sólo aumentando servicios interurbanos podremos reducir los 460.000 coches que entran y salen diariamente del área metropolitana de Barcelona (CON) y reducir los niveles de contaminación. Si nos propusiéramos eliminar un 25% de aquí al 2030 necesitaríamos generar una capacidad para ofrecer 300.000 validaciones en transporte público. FGC tiene 350.000 validaciones diarias y Rodalies 400.000. Por lo tanto habría que ampliar un 40% la oferta ferroviaria actual. Y eso significa inversión en nueva infraestructura, más capacidad y más material móvil.
¿Y esta necesidad de incremento de oferta y de infraestructuras cómo se puede pagar? Con una verdadera política fiscal finalista que relacione los principios de “quien contamina paga” y “quien usa paga” a favor de ampliar la movilidad limpia y equitativa. Solo habrá new green deal si somos capaces de movilizar la financiación necesaria para hacer realidad nuestros propósitos colectivos.
Sólo reduciremos los 460.000 coches que entran y salen de la AMB aumentando los servicios interurbanos