La Vanguardia

Otra derrota en Cornellà para un equipo desahuciad­o

El Espanyol cae ante al Leganés y descenderá seguro el miércoles si no gana en el derbi

- ROBERTO RODRÍGUEZ Cornellà-el Prat

Fútbol sin porterías. Sin claridad, brillantez, sin alma. En Cornellà ganó el menos malo y eso que ambos hicieron méritos para perder. Espanyol y Leganés demostraro­n el porqué de su dramática situación en la Liga en un partido para el olvido. Pese a jugarse la vida en Primera, nadie fue valiente para pelear por el triunfo. Jonathan Silva, en el único acierto del duelo, dio tres puntos al Leganés, que no le sacará de pobre en lo que resta de temporada. Para el Espanyol, este resultado es la estocada final a un curso históricam­ente malo, plagado de malas decisiones, en el que el descenso, para más desconsuel­o, podría llegar en el Camp Nou.

Pese al testosteró­nico discurso de Rufete, el Espanyol demostró que aunque la Liga durase diez jornadas más, no lograrían la salvación. Demandó el nuevo técnico un esfuerzo mental para soñar, para defender el orgullo de la entidad. Pero nada le queda ya a una plantilla martirizad­a, perdida entre tanta derrota. El equipo perico no estuvo a la altura y rozó una vez más el ridículo cuando el escenario exigía valentía. Pide a gritos este vestuario que cuanto antes termine este suplicio que supone saberse descendido a falta de varias jornadas para el final. Restan cuatro, un largo castigo para el aficionado blanquiazu­l.

El planteamie­nto ultraconse­rvador de Aguirre, con cinco defensas, laterales doblados y dos pivotes defensivos anuló completame­nte las opciones de los pericos. La capacidad ofensiva recuperada en San Sebastián desapareci­ó en la tarde de ayer. Rufete abandonó el 4-2-3-1 para apostar por la doble punta con De Tomás y Wu Lei. Y el resultado no pudo ser peor. Ambos pasaron totalmente desapercib­idos en un primer tiempo en el que el miedo y los nervios pudieron más que la ambición.

Se limitó el equipo madrileño a resguardar­se y ser solidario. Suficiente contra un Espanyol sin alma, carente de imaginació­n tanto individual como colectiva para llegar a la portería de Cuéllar. En ese primer acto tan solo contabiliz­ó un flojo remate de cabeza de Bernardo a balón parado. Lo demás fue un quiero y no puedo constante, desesperan­te para cualquier aficionado que sienta como propio este escudo.

La situación del Leganés se explica desde las importante­s bajas que ha tenido desde el mercado invernal. En Nesyri y Braithwait­e se marcharon a Sevilla y Barça respectiva­mente y Óscar Rodríguez se perderá lo que resta de temporada por lesión. Sin esos argumentos, los de Aguirre practican el fútbol que buenamente pueden. No debiera ser así para el

Espanyol, que ha derrochado 40 millones y sigue viendo de lejos a los porteros rivales.

Nada cambió en el segundo tiempo. El Espanyol continuó con su posesión estéril en campo propio mientras su rival aguardaba a sorprender en un contragolp­e. Este llegó en una subida de los carrileros visitantes. Se durmieron los zagueros pericos y el balón llegó a Jonathan Silva, que con todo el tiempo del mundo batió en el mano a mano a Diego López. Volvía a conceder el equipo perico en un partido cerrado.

Movió el banquillo Rufete en busca de algo de orgullo. Salieron Calleri, Vargas y Melendo y el Espanyol fue capaz de acercarse a la frontal contraria, pero sin peligro real. Producto de los nervios, Calleri vio la roja tras ver dos amarillas

DESAHUCIAD­OS

El equipo perico se hunde en la clasificac­ión, a once puntos de la salvación con solo doce en juego

en la misma jugada por protestar. De Tomás tuvo el empate al borde del 90, pero su tiro a puerta vacía se marchó muy alto.

Esta nueva derrota echa por tierra las pretension­es de Rufete de alargar las opciones de salvación del equipo, de pelear hasta el final por lo que ya era imposible. Al contrario, el Espanyol se hunde un poco más como colista, a once puntos ya del Celta. En la próxima jornada, incluso ganando en el Camp Nou contra el Barça, podría certificar su adiós a Primera 26 años después. Si no gana en el derbi ya será de Segunda.

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 ?? ANDREU DALMAU / EFE ?? David López, ejemplo de la impotencia perica, se lamenta después de perder nuevamente en casa y quedarse al borde del descenso a Segunda División
ANDREU DALMAU / EFE David López, ejemplo de la impotencia perica, se lamenta después de perder nuevamente en casa y quedarse al borde del descenso a Segunda División
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