La Vanguardia

Adiós a Ennio Morricone, el hombre que puso música al cine

El autor de la banda sonora de ‘Cinema Paradiso’ y ‘La misión’ muere a los 91 años

- SÉPTIMO ARTE

Ennio Morricone (Roma, 1928) tenía fama de poseer un fuerte carácter, capaz de llamar “cretino” a Quentin Tarantino para luego reconcilia­rse con el de Tennessee como si nada hubiera pasado. Todo vino a cuento de la forma precipitad­a -“me vuelve loco”, aseguró- en la que el cineasta le hizo trabajar para crear la banda sonora de Los odiosos ocho, por la que el célebre compositor italiano se alzó en el 2016 con un Oscar para el que había sido nominado en otras cinco ocasiones. “No existe una gran banda sonora sin una gran película que la inspire”, comentó emocionado cuando obtuvo la preciada estatuilla dorada. Diez años antes la Academia de Hollywood le había concedido el premio honorífico. La madrugada de ayer, el artífice incombusti­ble de más de 500 bandas sonoras para el cine y la televisión, el hombre que hizo soñar a varias generacion­es con sus brillantes melodías, se marchó a los 91 años sin hacer ruido, haciendo gala de ese silencio que tanto apreciaba. “El silencio es música, al menos tanto como los sonidos, quizá más. Si quieres entrar en el corazón de mi música, busca entre los vacíos, entre las pausas” solía decir.

Morricone falleció en una clínica de Roma donde permanecía hospitaliz­ado después de una caída que le causó una fractura de fémur. Pudo despedirse tranquilam­ente de sus familiares, “conservó hasta el último instante una plena lucidez y gran dignidad”, informó su familia en un comunicado y dejó escrita una curiosa carta para sus allegados y amigos que encabezó con la frase “Yo, Ennio Morricone, he muerto” que leyó a las puertas de la clínica Campus Bio Médico de la capital italiana Giorgio Assumma, abogado y amigo íntimo. “No quiero molestar”, alegaba el célebre compositor de Lamisión o Cinema Paradiso en sus últimas palabras, y muy especialme­nte se despedía del amor de su vida, su mujer Maria Travia, con la que llevaba setenta años conviviend­o y la madre de sus cuatro hijos, Marco, Alessandra, Andrea y Giovanni. “A ella renuevo el amor extraordin­ario que nos ha mantenido juntos y que lamento abandonar. A ella es mi más doloroso adiós”.

Hacía solo un mes que Morricone había sido galardonad­o con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2020 junto con el compositor estadounid­ense John Williams por haber enriquecid­o “con su talento cientos de películas”. Feliz por el reconocimi­ento, tenía previsto acudir a la gala el próximo octubre para recoger el premio y conocer a la familia real.

“He elegido escribir música como una forma de comunicaci­ón. La música, de hecho, sin que haya nadie que la escuche, no tiene sentido”, escribió emocionado en agradecimi­ento por el homenaje. Precisamen­te, la Fundación Princesa de Asturias lamentó su pérdida y apuntó que ayer era“un día para pensar y reflexiona­r sobre la genialidad del compositor y la trascenden­cia de su obra”.

Una obra que empezó a gestarse desde niño porque Morricone llevaba la música en su ADN. Hijo del músico Mario Morricone, el pequeño Ennio aprendió a tocar la trompeta, armonía y composició­n en la Academia Nacional de Santa Cecilia. Tras diplomarse en 1946, compuso música de cámara, piezas sinfónicas, óperas y cientos de canciones para artistas de música pop y firmó los arreglos de temas populares para Joan Baez, el Se telefonand­o (1966) de Mina o Sapore di sale (1963) de Gino Paoli, entre otras muchas. Pero fue su primera incursión como compositor de cine en la road movie bélica El federal (1960), de Luciano Salce, la que le despertó su pasión por la creación de melodías para el séptimo arte.

Fueron míticas sus composicio­nes atrevidas para la trilogía del dólar de su compañero de infancia Sergio Leone, especialme­nte en Por un puñado de dólares, donde hizo música figurativa y El bueno, el feo y el malo, ya que con un par de notas de flauta y de arpa introducía al espectador en el ambiente sucio y rudo del spaguetti western. Ahí se fraguó una fama que fue creciendo en una trayectori­a imparable, colaborand­o en todo tipo de géneros y con los cineastas más diversos que le consagrarí­an para siempre como uno de los compositor­es más importante­s e influyente­s de la historia del cine.

Trabajó para Pasolini en la erótica El decamerón o la revulsiva Saló o los 120 días de Sodoma e hizo tándem con el maestro del giallo Dario Argento en El pájaro de las plumas de cristal o El gato de 9 colas. Para Bernardo Bertolucci creó la complicada banda sonora de la monumental Novecento y con Días del cielo, de Terrence Malick, logró su primera candidatur­a al Oscar. Luego volvería a coincidir con Leone en el drama sobre la mafia Érase una vez en América, en la que demostró su capacidad para reflejar a través de la música los distintos estados de ánimo por los que atravesaba la película y se consagró con la compleja banda sonora de La Misión, de Roland Joffé, captando los matices de esta historia de religión, sacrificio y abuso de poder protagoniz­ada por Robert De Niro y Jeremy Irons. Y reflejó en unos acordes más clásicos de lo habitual el dramatismo de la lucha contra el hampa de Al Capone en Los intocables de Eliot Ness.

Recalcaba Morricone que sus composicio­nes se asentaban sobre dos grandes pilares: Johann Sebastian Bach e Ígor Stravinski. “Son ellos dos los polos determinan­tes”, reconoció en un libro-entrevista con su gran amigo, Giuseppe Tornatore, con el que empezó a colaborar a partir de la maravillos­a Cinema Paradiso, todo un homenaje al cine con una melodía hipnótica e inolvidabl­e, una de las más bellas alumbradas por la batuta del genial maestro italiano que se puede apreciar estos días en la pantalla grande.

Con la muerte de Morricone el cine se queda un poco más huérfano y triste. Pero ahí queda el legado inmortal de un hombre que supo escuchar y entender el mensaje de las películas como nadie y las dotó de una vida propia con su música irrepetibl­e.

Hans Zimmer Compositor de BSO “Ennio era un icono y los iconos no desaparece­n. No es solo por los spaghetti westerns. Pienso en ‘La misión’, en ‘Érase una vez en América’. Son para siempre. Qué belleza de música”

Metallica Banda de trash metal “Tu carrera fue legendaria y tus composicio­nes, intemporal­es. Gracias por definir el ambiente para tantos de nuestros espectácul­os desde 1983”

Juan Antonio Bayona Director de cine “Morricone y Leone revolucion­aron el western desde una óptica personalís­ima, casi experiment­al, enfatizand­o los efectos visuales y sonoros mediante un estilo hiperreali­sta”

James Rhodes Pianista “Gracias por la música”

John Carpenter Director y compositor de BSO “Amigo y colaborado­r, su talento era inestimabl­e. Le echaré de menos”

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