Australia cierra la frontera entre sus dos estados más poblados por el virus
Australia ordenó ayer el cierre de la frontera entre los dos estados más poblados –Victoria y Nueva Gales del Sur– durante un periodo indefinido para contener un nuevo brote del coronavirus de la ciudad de Melbourne. La decisión supone el primer cierre de la frontera entre los estados en más de 100 años.
La última vez que ocurrió algo parecido fue en el año 1919, durante la pandemia de gripe española.
“Es la decisión más sensata, la decisión correcta en este momento, dados los importantes desafíos a los que nos enfrentamos para contener este virus”, dijo el primer ministro del estado de Victoria, Daniel Andrews.
Es probable que la medida suponga un duro golpe para la recuperación económica de Australia, que se dirige hacia su primera recesión en casi tres décadas.
El número de contagios en Melbourne, la capital del estado de Victoria, ha aumentado en los últimos días, lo que ha llevado a las autoridades locales a imponer el cumplimiento de estrictas normas de distanciamiento social en 30 zonas residenciales y a cerrar completamente nueve bloques de viviendas públicas.
El estado registró 127 nuevas infecciones en las últimas 24 horas, su mayor pico diario desde que comenzó la pandemia. También informó de dos muertes, las primeras a nivel nacional en más de dos semanas, llevando el recuento nacional de defunciones a 106.
La primera ministra de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, que en el pasado había criticado a los que cerraron sus fronteras a su estado cuando Sydney era el foco del coronavirus en Australia, aseguró que había cambiado de opinión porque la situación en Melbourne no tenía precedentes e indicó que la pandemia estaba en una nueva fase.
La inmensa mayoría de las infecciones detectadas en Melbourne en las últimas semanas fueron de transmisión comunitaria. En el resto del país, la mayoría de las personas que dieron positivo en coronavirus se contagiaron en el extranjero o fueron infectadas por alguien que había viajado al exterior, señaló Berejiklian.
“Lo que está ocurriendo en Victoria aún no ha ocurrido en ningún otro lugar de Australia”, aseguró la gobernante. “Es una nueva fase de la pandemia y, como tal, requiere un nuevo tipo de respuesta”, añadió.