La revolución artística que incluía desenterrar muertos
Esta práctica se realizó en pleno neolítico en Jordania
Hace unos 10.500 años, durante el neolítico temprano, en Oriente Próximo estalló una revolución artística, un movimiento cultural que logró generalizar la fabricación de figuras humanas. Los especialistas se han pasado décadas tratando de averiguar qué ocurrió entonces, cómo llegó este gran cambio. El análisis de un conjunto único de artefactos de sílex encontrados en Kharaysin, en el valle del río Zarqa (Jordania), podría resolver el misterio.
Esta inusual iconografía humana, que data del octavo milenio antes de Cristo, se usó durante rituales mortuorios y ceremonias de recuerdo de los difuntos que incluían desenterrar, manipular y volver a sepultar los restos de sus ancestros, según explica el equipo de investigadores españoles en un artículo en la revista Antiquity.
Los arqueólogos creen que fueron precisamente estos ritos los que podrían haber impulsado la antigua revolución artística. Los artefactos de Kharaysin parecían, a primera vista, herramientas de piedra. Pero su estudio detallado reveló que nunca se usaron.
“Un miembro del equipo sugirió que eran figuras, pero el resto nos mostramos escépticos”, recuerda Juan Ibáñez, de la Institución Milá y Fontanals y autor principal del estudio.
“Pero cuanto más los estudiamos, más fuerte fue apareciendo la idea”, añadía.
El yacimiento de Kharaysin abarca unas 25 hectáreas de las que apenas el 1% ha sido excavado. Allí se hallaron 50 artículos con dos pares de muescas dobles, distintos de las grandes hojas con las que se hacían la mayoría de las herramientas. Los restos se encontraron en una capa que data del neolítico temprano, un intenso período en el que aparecieron los primeros granjeros, se desarrollaron los asentamientos humanos fijos y se crearon monumentos. Las imágenes de animales habían sido las más comunes hasta entonces, pero desde alrededor del año 8.500 antes de Cristo empezaron a ser sustituidas por la iconografía humana.
Las figuras de Kharaysin son, según los arqueólogos, un ejemplo temprano de representaciones antropomórficas. La mayoría aparecieron en un área que contiene siete entierros, algunos de los cuales se volvieron a abrir para coger piezas del esqueleto, incluido uno al que le quitaron el cráneo. Otro individuo fue desenterrado de un lugar más apartado y sepultado de nuevo en este punto.
“Los funerales y ceremonias de conmemoración estaban aumentando en importancia y complejidad en ese momento, lo que podría explicar la frecuencia cada vez mayor de imágenes antropomórficas durante esa época clave de la prehistoria humana”, concluyen.
El hallazgo de figuras humanas de piedra se vinculó a ritos para manipular y volver a sepultar a los difuntos