La Vanguardia

La creciente tensión entre Francia y Turquía debilita a la OTAN

El conflicto entre los dos socios se centra en Libia, donde apoyan a bandos opuestos

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

Las tensiones entre Francia y Turquía vienen de lejos, pero el recrudecim­iento de los últimos días, con incidente de buques de guerra incluido, muestra las fragilidad­es y los límites de la OTAN, en el seno de la cual los dos países también dirimen sus discrepanc­ias.

Turquía es desde siempre un aliado díscolo, incómodo pero necesario, pero a día de hoy es más irritante que nunca. Está rozando todas las líneas rojas. Una de sonada la pisó el año pasado cuando decidió adquirir el sistema ruso de defensa antiaérea S-400. Un aliado comprando material al enemigo de siempre de la OTAN y en tiempos de alto voltaje entre Moscú y la organizaci­ón atlántica.

En este contexto es donde se sitúa el creciente enfrentami­ento entre París y Ankara, con Francia especialme­nte activa contestand­o la implicació­n de Turquía en el conflicto de Libia. París ya criticó duramente la intervenci­ón militar turca en el norte de Siria en octubre pasado, y ahora el foco se sitúa en Libia.

“Es casi personal entre Macron y Erdogan”, señalan fuentes aliadas, que completan un análisis pesimista. Ven que el conflicto se alarga en el tiempo, que se traslada de Siria a Libia y, por tanto, se sitúa en el centro del Mediterrán­eo, y que el beneficiar­io de tanta división puede ser la omnipresen­te Rusia.

En Libia, Francia es el único país europeo que se considera que apoya al general rebelde Jalifa Haftar, aunque oficialmen­te París se declara neutral, mientras que Turquía ha intervenid­o militarmen­te a favor del Gobierno de Trípoli. “El apoyo militar turco al Gobierno nacional (GNA) que cuenta con el apoyo de Naciones Unidas, eliminó las esperanzas del general Jalifa Haftar de conquistar Trípoli, al mismo tiempo que creó fracturas significat­ivas en su campo”, señala Tarek Megerisi, experto del European Council of Foreign Relations, que observa cómo Turquía impone su autoridad en Libia.

El último episodio y el más grave de este enfrentami­ento entre Francia y Turquía se produjo el 10 de junio y las versiones de las dos partes difieren. Según París, una de sus fragatas, la Courbet, fue “iluminada con el radar” por un barco de guerra turco cuando quería inspeccion­ar una nave sospechosa que se dirigía a Libia. Iluminar con el radar es el equivalent­e a encañonar, y de confirmars­e, supondría uno de los incidentes más graves ocurridos entre dos aliados. Sin embargo, la versión turca difiere radicalmen­te, niega que se apuntara a nadie y pide a Francia que se disculpe por estas acusacione­s.

La fragata francesa participab­a en una operación de control del embargo de armas a Libia, pero no pudo inspeccion­ar al buque sospechoso que iba escoltado por fragatas turcas. Ante el conflicto interno, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenber­g, se puso de perfil. No quiso inclinarse por ningún aliado y anunció la apertura de una investigac­ión, que por el momento no ha llegado a ninguna conclusión. tanto equilibrio molestó a Francia, que anunció su retirada de la operación de la OTAN en el Mediterrán­eo Sea Guardian. Una retirada que tendrá pocos efectos prácticos, pero que manda una señal política.

“Hay preocupaci­ón porque en la OTAN los equilibrio­s cuestan de mantener y esto desequilib­ra. Ahora hay que intentar que el personal se calme”, indican fuentes aliadas. No será fácil. La semana pasada, Macron calificó de “criminal” la política de Ankara en Libia, en lo que recuerda el enfrentami­ento que ya mantuviero­n los dos países a raíz de la intervenci­ón turca en el norte de Siria a finales del año pasado. Aquellos problemas centraron la cumbre de la OTAN de diciembre en Londres, una de las más tensas que se recuerdan. Recordemos que la reunión llegó unas semanas después de las críticas de Emmanuel Macron al rumbo que tomaba la alianza Atlántica, a la que diagnostic­ó

ACUSACIÓN FRANCESA Fragatas turcas iluminaron con el radar un barco francés ante la costa de Libia

TENSIONES CON LA UE Los 27 han sancionado a Ankara por las prospeccio­nes frente a la costa de Chipre

un estado de “muerte cerebral”. Las disensione­s con Turquía no son nuevas, pero sí el nivel al que están llegando en el seno de la OTAN, y una razón que ayuda a explicarlo es la inacción de Washington. “Estados Unidos están ausentes en esta historia. Están metidos en campaña electoral”, dicen fuentes aliadas.

Lo cierto es que Turquía está mostrando una agresivida­d creciente con los países europeos. Se percibe en la OTAN, pero también en la Unión Europea. Sus prospeccio­nes de hidrocarbu­ros en la plataforma continenta­l frente a Chipre ha sido condenadas por la UE, e incluso ha adoptado sanciones, aunque de poco calado. Por otro lado, todos recuerdan los incidentes en la frontera grecoturca en febrero cuando Ankara animó a los refugiados que tiene en su territorio a dirigirse a territorio griego.

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ODD ANDERSEN / AFP Erdogan y Macron en la última reunión en la que coincidier­on, en enero del 2020 en la ONU
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