La Fiscalía de Bolivia imputa por terrorismo a Evo Morales
Evo Morales está en el exilio y no es candidato presidencial, pero el exmandatario sigue siendo el principal referente de la izquierda boliviana y el enemigo que la derecha gobernante necesita desacreditar para imponerse en las elecciones previstas para el 6 de septiembre. La Fiscalía boliviana imputa al líder cocalero los delitos de terrorismo y financiación al terrorismo y pide su detención preventiva.
Refugiado en Buenos Aires desde diciembre, Morales está acusado de impulsar desde el exilio las revueltas callejeras de los días posteriores a su dimisión y salida de Bolivia, el 10 de noviembre. El exmandatario rechaza las acusaciones, acusa de persecución al Gobierno provisional de Jeanine Áñez y alerta de que se busca la inhabilitación electoral de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS).
“Me procesan con un audio falso porque su objetivo final es proscribir al MAS”, tuiteó ayer Morales desde su exilio porteño. “De manera ilegal e inconstitucional, la Fiscalía de La Paz pretende imputarme por terrorismo con un audio alterado y sin ser notificado, una prueba más de la sistemática persecución política del Gobierno de facto”, había tuiteado el lunes.
La imputación formal tuvo lugar ese día pero la acusación de la Fiscalía data de diciembre pasado, cuando ya el Gobierno peronista de Alberto Fernández advirtió que no concedería la extradición de Morales. En diciembre, también fue acusado de sedición, delito que en la imputación ha desaparecido.
La prueba de cargo contra el líder aymara es una grabación telefónica del 14 de noviembre donde Morales –entonces refugiado en México– pide al dirigente cocalero Faustino Yucra que agite la insurrección popular y provoque “el bloqueo de alimentos y cerco a las ciudades capitales”, según indica el comunicado difundido por el ministerio público.