La concordia, base del Madrid post-covid-19
El pleno de Madrid selló ayer un acuerdo de otra época. Y no por haberse cargado de simbolismo al elegir para su rúbrica el vetusto Salón de Sesiones de la Casa de la Villa –que acogió al Ayuntamiento de la capital durante 400 años hasta que el excalcalde Alberto Ruiz-gallardón decidiera mudarse al palacio de Cibeles–, sino por “haber vuelto a poner a la política al servicio del pueblo” con unos pactos por la reconstrucción que todos los partidos reivindicaron como “ejercicio útil que trasciende a planteamientos partidistas”.
El alcalde, Jose Luis Martínezalmeida (PP), no escatimó en elogios tanto a su socio de coalición (Cs) como a los partidos de la oposición (Más Madrid, PSOE y Vox), a quienes felicitó por “haber sabido estar a la altura del comportamiento de los madrileños y el dolor sufrido a causa de la Covid-19”.
“Rubricado el acuerdo, acabada la tregua”, ironizaba el círculo de confianza del regidor, quien, no obstante, recalcó su “compromiso” para ejecutar las 352 medidas de una hoja de ruta que pivota sobre cuatro ejes: economía y empleo; área social y vivienda; movilidad sostenible y reordenación urbana; y cultura y deportes.