Autocrítica necesaria por las residencias
En las residencias catalanas se ha producido el 32% de los fallecimientos causados por el coronavirus en Catalunya. Más de cuatro mil personas, a las que hay que añadir otras cuarenta discapacitadas. Unas cifras trágicas y demoledoras. La gestión hecha por la Generalitat de los centros de mayores ha sido objeto de duras críticas por parte de la oposición, de profesionales del sector y de familiares de personas residentes.
Anteayer se hacía público que la Conselleria de Salut asume definitivamente la gestión sanitaria de estos centros, y ayer el Parlament, por un lado, aprobaba la creación de una comisión para analizar el impacto del virus en las residencias y, por otro lado, celebraba un pleno monográfico sobre la gestión de estos centros de mayores en el que el Govern hizo autocrítica y reconoció algunos fallos. Medidas, comisiones y asunción de errores que son bienvenidas pero, creemos, llegan tarde.
A partir de ahora, el tratamiento de los residentes será efectuado por los centros de atención primaria de cada barrio o Ayuntamiento. Bienvenido el cambio, aunque sea tardío. El desastre en que se estaba convirtiendo la situación en las residencias a finales de abril obligó a la Generalitat a traspasar su control de Treball i Afers Socials a Salut. La Covid-19 hizo posible algo que el sector llevaba años pidiendo: que la salud de los ancianos dependiera del sistema público y no de médicos contratados por cada residencia.
La Conselleria de Salut anuncia, para afrontar esta nueva tarea, la contratación de 163 médicos, 270 enfermeros y unos 2.000 auxiliares. También a partir de ahora se obliga a las residencias a liberar 2.800 plazas para aislamientos. Profesionales del sector han considerado positivo el nuevo plan de contingencia a la espera de conocer los detalles, y en líneas generales también ha sido bien recibido por la oposición.
Todas estas medidas fueron puestas ayer en valor por el president Torra en el debate en el Parlament. Pidió a la oposición que no usara esta desgracia “como arma de erosión” y admitió que el Govern llegó tarde, pero culpó al Estado afirmando que la infrafinanciación en este ámbito ha tenido consecuencias. Sí hizo autocrítica el conseller Chakir el Homrani, que pidió disculpas “a quien haya sentido que no hemos llegado”, admitió que su departamento tendió a “centralizar” la gestión respecto del resto del territorio catalán –crítica habitual de la Generalitat al Estado– y que fue un acierto traspasar la gestión de las residencias a Salut. Asumió que hay que repensar su departamento para dar una mejor respuesta futura. La consellera Alba Vergés también dijo que habían hecho mucha autocrítica y que la apuesta ahora era por un sistema integral sanitario-asistencial. Los dos consellers, ambos de ERC, aseguraron haber trabajado con plena coordinación.
La oposición celebró el mea culpa con matices del Govern, pero le acusó de volver a escudarse en el argumento de la falta de financiación por culpa del Estado y en la recentralización, y censuró su actuación en las residencias. Ciudadanos acusó a Torra de primar el procés en plena crisis sanitaria, y el PSC criticó que no se trasladara a muchos residentes enfermos a los hospitales, mientras que Catalunya en Comú denunció mala gestión en las residencias pese a tener competencias plenas y pidió cambiar la ley de Dependencia. Y todos denunciaron que el Govern rechazara la intervención de la UME y pidieron un cambio de modelo.
Celebramos que la Generalitat admita y aprenda de sus errores y haga los cambios y las reformas necesarios, que a partir de ahora la atención en las residencias sea integral entre lo sanitario y lo asistencial. Pero ello no debe hacernos olvidar la tragedia vivida estas últimas semanas, con ancianos muriendo en soledad, con familiares angustiados por la falta de información y de tratamiento médico, con cuidadores y trabajadores también contagiados por la ausencia de equipos de protección. Demasiados puntos oscuros que no deben volver a repetirse cuando no se descarta una segunda oleada del coronavirus.
El Govern asume fallos en la gestión de los centros y lanza un plan para revisar el modelo