Los municipios invierten en fortalecer la seguridad
Reclaman más efectivos de Mossos pero remodelan los presupuestos para hacer frente al aumento de la actividad delictiva
“Invertir en seguridad ciudadana es tan importante como hacerlo en cualquier otra política social”, sostenía la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon, durante la presentación la nueva unidad policial de acción rápida. Esta máxima va paralela a la petición de incrementar el número de efectivos de Mossos que surge desde el Àrea Metropolitana, una vez que aumentan los robos con fuerza y las ocupaciones. Una situación generada después que los operativos policiales en Barcelona propicien la expulsión de delincuentes hacia las ciudades próximas. Además, todos los alcaldes coinciden en crear un frente común para modificar la legislación penal que permita gravar la multirreincidencia
El conseller de Interior de la Generalitat, Miquel Buch, en todas las Juntas de Seguridad Local a las que asiste hace la misma promesa: aumentar el número de Mossos d’esquadra. Un compromiso que no por bienintencionado evita los recelos de los ediles, la mayoría de los cuales ya han modificado sus presupuestos ordinarios para poder aumentar las partidas relativas a la seguridad ciudadana.
Desde la Generalitat informan que, después de ocho años sin graduación de nuevos mossos, a finales de julio saldrán de la academia 750 nuevos policías que en gran parte pasarán a cubrir los déficits del Àrea Metropolitana de Barcelona. No obstante, el conseller Buch elude concretar la distribución de los nuevos agentes.
En Badalona, el alcalde popular, Xavier García Albiol, no solo ha abierto una nueva convocatoria para cubrir 20 nuevas plazas de la Guardia Urbana, sino que ha iniciado los trámites para redactar el proyecto de construcción de una nueva comisaría de la policía local en el barrio de Sant Roc, como la que se instaló en el 2011 en la plaza Camarón, una infraestructura habilitada en módulos prefabricados que fue desmantelada cinco años después tras sufrir varios ataques de vecinos molestos por la presencia policial permanente. En esta legislatura, Albiol fue el primero en anunciar el resurgimiento de la unidad omega de la Guardia Urbana, una patrulla de actuación rápida antidisturbios que se reactivará pasado el verano.
En Mataró, una metrópolis que sufre constantes asaltos de grupos organizados asociados a las ocupaciones de viviendas y cuyos índices de inseguridad se han disparado, el alcalde, David Bote, ha anunciado la incorporación de doce nuevos agentes para cubrir las plazas que habían quedado vacantes.
En paralelo, en la capital del Maresme se reforzarán las medidas de vigilancia con la contratación de agentes privados para controlar la casa consistorial, lo que permitirá liberar a seis policías. Asimismo, se reactivará la instalación de cámaras de seguridad en los puntos más conflictivos de la ciudad.
El impacto de la pandemia de la Covid-19 en poblaciones de la periferia metropolitana como Santa Coloma de Gramenet ha propiciado una nueva realidad que lleva implícita un incremento delictivo por parte de diferentes colectivos “que alteran la convivencia pacífica en algunas plazas y calles”, aseguró Núria Parlon.
Con el refuerzo policial previsto por parte de la policía catalana, los alcaldes también intentan evitar casos como los de Premià de Mar, Llançà o Mataró, donde los propios ciudadanos se han organizado en patrullas ciudadanas, no solo para establecer vigilancia nocturna por los barrios, sino también como medida de autodefensa para actuar contra los delincuentes, que en estos casos fueron jóvenes migrantes no acompañados muy localizados en casas ocupas. Una situación que, como en Mataró, genera manifestaciones populares contra los delincuentes, como las dos que han sido convocadas para el próximo domingo.
UNA POSIBLE SOLUCIÓN
Los alcaldes piden modificar el código penal para castigar a los multirreincidentes
SIN CONCRECIÓN
Interior promete más mossos pero no concreta la distribución en el territorio