Intelectuales contra la intolerancia
150 pensadores denuncian en EE.UU. la intolerancia a la disidencia; Javier Cercas, Marina Garcés o Javier Gomà les apoyan
La publicación de una carta firmada por 153 intelectuales, académicos y activistas reivindicando el derecho a discrepar y condenando “el clima de intolerancia instalado en los dos lados” del debate público ha suscitado un intenso debate público en EE.UU. con tintes de fractura generacional. Entre sus firmantes hay hombres y mujeres, blancos y negros, judíos y musulmanes, personalidades tan dispares como el lingüista Noam Chomsky, izquierdista, o el politólogo Francis Fukuyama; el filósofo Steven Pinker, crítico de la corrección política; la feminista Gloria Steinem; el ensayista Malcolm Gladwell y los escritores Ian Buruma, Martin Amis, Margaret Atwood, Salman Rushdie y J.K. Rowling. A raíz de unos comentarios sobre el sexo biológico, la autora de Harry Potter se vio recientemente afectada por los excesos de la llamada “cultura de cancelar” la disidencia ideológica (cancel culture) contra la que alerta el texto publicado en Harper’s Magazine.
Censura, inculpación, ostracismo
La carta aplaude las “potentes protestas por la justicia racial y social” que vive EE.UU., pero señalan que la batalla contra Trump no puede llevarles a caer en los dogmas o la coerción ideológica. El “clima de intolerancia” hoy, afirman, no es exclusivo de la derecha radical. La censura “se extiende y hay intolerancia a los puntos de vista diferentes”. Y las consecuencias de discrepar, dicen, son desproporcionadas. Las malas ideas, dicen, se combaten con exposición pública, argumentos y persuasión, “no intentando silenciarlas o deseando que desaparezcan”. La cultura debe dejar margen “para la experimentación, los riesgos e incluso los errores”. Una idea en la que coinciden los escritores y pensadores consultados por La Vanguardia.
Javier Cercas: “Hay un puritanismo de izquierdas”
El último premio Planeta suscribe la carta “de pe a pa”. “En España sería inimaginable, la gente está asustada, no vayan a tacharles de fachas”, señala Cercas. “La carta dice –remarca– que debe existir un debate real, sin él no hay sociedad libre, hay un campo de concentración. Las redes sociales lo fomentan, son un rebaño mugiente que se dedica a linchar al personal a la mínima que algo no les gusta. Es peligrosísimo. Se ha instalado un puritanismo de izquierda y se lleva el porno de la indignación moral: qué puro, de izquierdas y virtuoso soy, J. K. Rowling es una mierda de mujer vendida al capitalismo. Es letal para la izquierda, el feminismo, el antirracismo, que no pueden ser más justos pero en su nombre no puede haber caza de brujas. Trump lo aprovecha diciendo que hay un fascismo de izquierdas, y parte de razón tiene. Si Woody Allen es absuelto dos veces y sigues condenándolo, destrozas la causa feminista. Si todo el mundo es culpable hasta que se demuestre lo contario, es un infierno. Con el puritanismo retrospectivo actual, se puede quemar los libros de Platón y Aristóteles, que vivieron en una sociedad esclavista sin problema”.
Marina Garcés: “Hay una cultura del miedo”
Para la filósofa barcelonesa “este manifiesto saca a la luz una realidad que insidiosamente está afectado todos los ámbitos de la esfera pública: una cultura del miedo que convierte la curiosidad en sospecha, la crítica en acusación, las convicciones en dogmatismo y el debate en hostilidad y linchamiento”.
Chomsky, Rushdie, J.K. Rowling, Francis Fukuyama o Margaret Atwood son algunos firmantes de la carta
“Un temor –prosigue Garcés– que alimenta el miedo a hablar, discutir, disentir, equivocarse, exponerse, experimentar. Cada uno se protege tras una identidad fuerte que sólo sirve para combatir a la contraria. Lo más terrorífico e interesante es ver que unas mismas lógicas se imponen en todos los entornos ideológicos a la vez. Dominan a derechas y a izquierdas, en edades y estéticas diferentes… pero finalmente nos dominan a todos. Son el verdadero ejercicio del dominio, una forma de pensamiento único que se impone por la manera como se piensa y actúa, no por lo que se dice o se hace. Pienso que una de las tareas más importantes del pensamiento crítico, hoy, es sacar a la luz estos mecanismos y combatirlos. Hacer posible una sociedad y una cultura basada en el disenso”.
Javier Gomá: “La carta denuncia una forma de vandalismo”
Para el filósofo Javier Gomá, la carta denuncia una forma de “vandalismo” resultante de “corromper el