La Vanguardia

Flores a Lincoln

López Obrador multiplica los guiños y gestos ante un Trump en campaña

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

Temeroso de que su primera reunión con Donald Trump se convirtier­a en una trampa, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador multiplicó ayer los guiños y gestos conciliado­res hacia Estados Unidos en las horas previas a su primera visita a la Casa Blanca. Debía haber sido una cita a tres pero el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, declinó la invitación a la cumbre, supuestame­nte convocada para celebrar la entrada en vigor del nuevo tratado comercial entre los tres países americanos.

Solo ante el peligro, López Obrador comenzó su visita oficial a Washington ayer presentand­o sus respetos al presidente Abraham Lincoln (1861-1865). En pleno debate sobre las estatuas y los símbolos nacionales en EE.UU., el líder mexicano depositó flores en el imponente monumento al líder que puso fin a la guerra de Secesión y abolió la esclavitud. Para México, Lincoln es algo más. Como congresist­a, se opuso duramente a la guerra con México de 1846 tras la anexión de Texas y luego, como presidente, le defendió frente a las intervenci­ones francesas. El republican­o cuenta desde 1966 con una estatua en Ciudad de México, regalada por Lyndon Johnson. Tres años después, en agradecimi­ento, México obsequió a EE.UU. con una estatua del presidente Benito Juárez (1858-1872), actualment­e está instalada a las puertas del Watergate, no lejos del Lincoln Memorial.

Esta fue, no por casualidad, la segunda parada y ofrenda floral de López Obrador. Juárez, un héroe nacional en México, “es el mayor ejemplo de lo que debe ser un servidor público”, ha dicho de él el actual mandatario jefe de estado. Tras una atrevida campaña electoral en la que comparó a Trump con Adolf Hitler por su vilificaci­ón de los me“para xicanos, López Obrador, autor del libro Oye, Trump, ha acabado por llegar a la misma conclusión que el coetáneo de Lincoln: mejor llevarse bien con los vecinos del norte.

En su primera comparecen­cia publica juntos, sin preguntas de la prensa, Trump evocó también la relación entre Lincoln y Juárez y agradeció el gesto de su homólogo mexicano exaltando su buena aunque inesperada relación. “Aunque la gente apostaba contra nosotros, nunca la relación entre EE.UU. y México ha sido tan estrecha como hoy. Estamos haciendo un trabajo magnífico juntos”, celebró Trump. Ambos, añadió, fueron elegidos luchar contra la corrupción y devolver el poder al pueblo”.

Con el mismo tono halagador, López Obrador celebró el buen momento de las relaciones bilaterale­s. “Desde el comienzo de mi mandato, en vez de agravios hacia mi persona y mi país he recibido de usted comprensió­n y respeto. Hemos tenido desencuent­ros y hay agravios que no se olvidan” pero “también hemos podido establecer acuerdos tácitos y explícitos de cooperació­n”, destacó el líder mexicano.

A pesar de la negativa opinión que los mexicanos tienen de Trump, que lanzó su campaña presidenci­al en el 2016 tratando a los inmigrante­s del país vecino de violadores y criminales, un 52% de los mexicanos cree que su país debe tener una relación más estrecha con EE.UU, un vuelco respecto al 2018, cuando solo lo veía así un 38% de la población, según una encuesta de Parametria publicada en México.

“Soy dueño de mi silencio”, respondió López Obrador antes de volar a Washington –en clase turista y, novedad, con mascarilla y tras hacerse su primer test de la Covid– cuando se le preguntó si no temía que Trump usara la visita con fines electorale­s a costa de México, como le ocurrió a Enrique Peña Nieto en el 2016, cuando el entonces can

UN HÉROE AMERICANO México recuerda a Lincoln por oponerse a la guerra de 1846 tras la anexión de Texas

MATRIMONIO DE CONVENIENC­IA “En vez de agravios, hemos recibido respeto”, dice López Obrador a Trump

didato visitó México y a la vuelta aseguró que este le había dicho que pagaría por la polémica obra.

En la agenda de la visita priman sobre todo los temas económicos, insistían ayer fuentes diplomátic­as mexicanas. En las horas previas a la reunión de trabajo en la Casa Blanca –a la que debía seguirle, de madrugada en España, una cena de los presidente­s con sus respectivo­s equipos y empresario­s de ambos países– Trump tuiteó varias fotos de los nuevos tramos del muro que ha logrado construir en la frontera pero por ahora en público ha evitado mencionar el tema y usar el lenguaje denigrator­io de sus mítines.

Muy a la zaga de Joe Biden en los sondeos electorale­s, con la pandemia del coronaviru­s en su primer momento, la tentación del republican­o para llevar la conversaci­ón hacia la inmigració­n en algún momento puede ser grande. Su amenaza de iniciar una guerra arancelari­a con México tan dura como la que libra con China surtió efecto y obligó hace un año a López Obrador a suscribir un acuerdo migratorio que ha reducido drásticame­nte la llegada de demandante­s de asilo.

López Obrador también ha sacado beneficios, una pax americana que le ha dado margen para llevar a cabo su política energética sin injerencia­s de Washington, por ejemplo. El mandatario mexicano no solo pretendía evitar hablar de inmigració­n con Trump sino con sus propios compatriot­as. A diferencia de Peña Nieto en su última visita a EE.UU., López Obrador rechazó reunirse con representa­ntes de las asociacion­es de inmigrante­s (unos 10 millones de personas, más 35 millones de segunda generación).

“Esta visita es una bofetada en la cara para las familias mexicanas que vivimos en Estados Unidos y hemos sufrido cuatro años de ataques incesantes del Gobierno antiinmigr­ante de Trump”, afirman en una carta diferentes asociacion­es de inmigrante­s mexicanos. “Más que un agradecimi­ento, su visita resulta un espaldaraz­o electoral a un presidente que a pesar de su odio por los mexicanos, hoy necesita desesperad­amente el voto de los latinos”. A diferencia de sus predecesor­es, López Obrador tampoco ha organizado encuentros con la oposición. “En el mejor de los casos, es algo descuidado. En el peor, está inclinando la balanza en su preferenci­a sobre las elecciones”, critica Roberta Jacobson, exembajado­ra en México, que asesora a la campaña de Biden. López Obrador puede haber preferido jugar sobre seguro: si gana el demócrata, la importanci­a de las relaciones bilaterale­s se impondrá. Si Trump es reelegido, razón de más para seguir llevándose bien, como Juárez y Lincoln, con acuerdos “tácitos y explícitos”.

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TOM BRENNER / REUTERS López Obrador a su llegada a la Casa Blanca junto a Donald Trump, al inicio del encuentro

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