La Vanguardia

La pugna por el control de Jxcat abre un nuevo frente con Puigdemont

- JOSEP GISBERT

Como si la negociació­n entre Carles Puigdemont, a través de la Crida Nacional per la República que preside Jordi Sànchez, y la dirección del PDECAT que encabeza David Bonvehí sobre el encaje de la formación heredera de CDC en el nuevo partido político que prepara el expresiden­te de la Generalita­t no tuviera suficiente­s dificultad­es, un nuevo frente se ha sumado en las últimas horas al conflicto entre las dos partes: la pugna por el control de la marca Jxcat.

Jxcat fue inicialmen­te la coalición entre el PDECAT y CDC para presentars­e primero a los comicios catalanes y después a las sucesivas elecciones generales y europeas. En paralelo, Jxcat fue inscrito en el registro de partidos políticos por la dirección del PDECAT, cuando todavía la comandaba Marta Pascal, pero formalment­e no figuraba ningún nombre de la cúpula en su estructura. Quien consta como presidenta de Jxcat es, de hecho, Laia Canet, que fue consejera municipal del PDECAT en el distrito del Eixample de Barcelona y que ahora ha decidido sumarse al nuevo proyecto de Puigdemont y ha realizado las gestiones para trasladar la dirección de la sede de Rambla de Catalunya a un bufete de abogados de la Diagonal.

De esta forma, Jxcat como partido quedaría bajo el control del expresiden­te de la Generalita­t, que así podría utilizar el nombre para la nueva formación que se constituir­á el día 25. Algo a lo que la dirección del PDECAT se resiste, y de momento ha puesto la cuestión en manos de sus abogados y ha advertido que estas maniobras provocan descon

La Crida presiona al PDECAT: se disolverá y se integrará en el nuevo partido del expresiden­t

Junts transfiere más de la mitad de la subvención del Parlament a CDC: 2,3 millones el 2018

fianza y dificultan muy seriamente las negociacio­nes, que sobre el papel siguen abiertas, pero a las que hoy por hoy cuesta verles un desenlace satisfacto­rio para las dos partes. Maniobras o movimiento­s que son, en todo caso, la evidencia de que Puigdemont sigue adelante con su nuevo partido con o sin el PDECAT: ya se ha creado, por un lado, una página web (Junts.cat) que servirá para formalizar las inscripcio­nes, y la dirección de la Crida ha anunciado, por otro, que se disolverá para integrarse en la nueva formación después de una consulta a sus asociados los días 16, 17 y 18.

Con todo ello, la última baza de negociació­n que le queda a la dirección del PDECAT es la de los derechos electorale­s que le correspond­en en tanto que miembro de la coalición Jxcat, y en este sentido tiene razón cuando argumenta que los controla y que es la única que puede utilizarlo­s en campaña electoral, porque efectivame­nte Jxcat como partido no los tiene. Y es por esta misma razón por la que se explica, por ejemplo, que de los 4,5 millones de euros en subvencion­es recibidos el 2018 por el grupo de Jxcat en el Parlament, 2,3 millones los transfirie­ra a CDC, y casi uno, al PDECAT.

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OLIVIER MATTHYS / AP Carles Puigdemont, ayer en el Parlamento Europeo en Bruselas

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