Una de las normativas más estrictas del mundo
La decisión de la Generalitat de obligar al uso de la mascarilla aun cuando se cumpla la distancia de seguridad convierte a Catalunya en una de las zonas del mundo (sino la que más) con la normativa más exigente y dura en este ámbito.
De hecho, esta medida solo tendría cierto parangón con la adoptada en Turquía, donde la instrucción de Erdogan es que todo aquel que salga de su casa debe llevar la mascarilla puesta, idéntico mensaje que el que trasladó ayer la consellera Vergés. Ese país tiene en estos momentos alrededor de un millar de casos positivos, aunque ha sufrido oscilaciones desde que se decretó la desescalada del país. Los corresponsales de la zona relatan en sus crónicas que el seguimiento es muy desigual entre la población, a pesar de que el incumplimiento de la obligatoriedad también acarrea multas que pueden llegar a los 400 euros. También rige la norma de no salir de casa sin la mascarilla puesta en la mayoría de los países de América Latina, muy azotados por la pandemia, con tres millones de contagiados en total, como México, Chile o Venezuela. A grandes trazos, en Europa se ha adoptado la mascarilla como una medida de autoprotección cuando no se pueda garantizar la distancia de seguridad de metro y medio, y también es bastante general su uso en el transporte público, en comercios y entre el personal que trabaja de cara al público.