La Vanguardia

Torturas en el contenedor

La policía holandesa descubre una “cámara de tratamient­o” utilizada por narcotrafi­cantes

- AMSTERDAM

La policía holandesa ha detenido a seis personas después de descubrir seis contenedor­es utilizados para mantener encerrada a gente en su interior. Un séptimo contenedor había sido habilitado como cámara de tortura. Las paredes de este último contenedor habían sido revestidas con material plástico para amortiguar los gritos de las víctimas potenciale­s. En el centro del contenedor habían instalado un sillón articulado de dentista con correas para sujetar los brazos y las piernas de las víctimas. En bolsas repartidas en ese otros y contenedor­es había bolsas llenas de esposas y material para torturar: alicates, cuchillas, escalpelos y cutters.

Las autoridade­s holandesas aseguraron que descubrier­on los contenedor­es antes de que pudieran ser utilizados. El siniestro descubrimi­ento tuvo lugar a finales del mes de junio y fue el resultado del trabajo de un grupo de investigad­ores, que pudo desencript­ar millones y millones de mensajes de móvil codificado­s a través del sistema Encrochat. La operación tenía por nombre 26Lemon y ha llevado al arresto de más de un centenar de sospechoso­s, la incautació­n de ocho toneladas de cocaína, 1.200 kilos de metanfetam­ina y armas de fuego. La operación ha permitido también desmantela­r 19 laboratori­os clandestin­os en los que se elaboraban drogas sintéticas.

La noticia sorprendió a la opinión pública holandesa, que no se esperaba que el mundo del crimen local, básicament­e vinculado a la distribuci­ón y venta de drogas -algunas de las cuales circulan con amplia tolerancia en locales y calles del país-, hubiera alcanzado estas dimensione­s y utilizara prácticas que parecen copiadas del narcotráfi­co colombiano y mexicano.

Los siete contenedor­es se encontraba­n un almacén de la localidad de Wouwse Plantage, en el suroeste de Holanda, junto a la frontera con Bélgica. El hallazgo llevó a la detención de seis personas a las que se acusa de preparar secuestros y asaltos. Los investigad­ores supieron de la existencia del contenedor para torturas gracias a las fotografía­s que se transmitie­ron algunos de los sospechoso­s a través del móvil. Se referían a ella como “cámara de tratamient­o” o también “ebi”, en referencia a la prisión de máxima seguridad holandesa.

Los mensajes revelaron también la identidad de las posibles víctimas, que fueron alertadas y se ocultaron con la ayuda de la policía. Un vídeo distribuid­o el martes mostraba a un equipo de elite fuertement­e armado provocando la explosión de la puerta del almacén. Otro equipo armado detuvo a un sospechoso en Rotterdam.

Andy Kraag, jefe del Servicio

Nacional de Investigac­ión de la Policía holandesa, declaró en el vídeo que la operación había evitado “la muerte violenta de varias personas”. “prevenido la muerte violenta de varias personas”. Kraag añadió que los instrument­os encontrado­s en las bolsas “estaban destinados a la tortura de las víctimas o bien a someterlo a una fuerte presión”.

La policía investigó también una base de los sospechoso­s en las cercanías del puerto de la ciudad de Rotterdam, donde los investigad­ores encontraro­n uniformes de policía y chalecos antibalas, vehículos robados, 25 armas de fuego y drogas. Un tribunal de Amsterdam ordenó la detención de seis sospechoso­s por un periodo que puede alcanzar los noventa días, mientras dure la investigac­ión.

El descubrimi­ento de Wouwse Plantage es, en parte, el resultado de la “caída”, el pasado 13 de junio, de Encrochat, un sistema de mensajería a través de móvil que era calificado por la compañía propietari­a como “uno de los más seguros y privados del mundo”. El mismo día en que diversas entidades gubernamen­tales pudieron acceder al sistema y romper sus defensas, la compañía propietari­a alertó a los usuarios y clientes lo que estaba ocurriendo. En el mismo mensaje les recomendó que apagaran los teléfonos y se deshiciera­n inmediatam­ente de ellos.

Tan insólitas recomendac­iones revelan quiénes han sido los verdaderos usuarios de este sistema, que los expertos han vinculado esencialme­nte con las mafias dedicadas al tráfico de drogas. La caída de Encrochat se hizo pública la semana pasada y comunicada por Europol, pero en la operación participar­on equipos de la policía holandesa y francesa.

La caída de Encrochat permite descubrir seis contenedor­es tuneados y armas en la frontera entre Holanda y Bélgica

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AP
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Correas y alicates. Arriba, el sillón de dentista utilizado para torturar a las víctimas. Se encontraba en el interior de un contenedor insonoriza­do con materiales plásticos. Abajo, la policía holandesa en el momento de entrar en el contenedor

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