Caos en la gestión de los ERTE
Cuando el 60% de los más de tres millones de trabajadores afectados por un expediente de regulación temporal de empleo se han reincorporado ya a sus puestos de trabajo, como anunció ayer el ministro de Inclusión y Seguridad Social, se da la circunstancia de que todavía quedan muchos miles que aún no han cobrado un euro. Ello es consecuencia de la enorme dificultad administrativa que ha comportado gestionar un volumen tan grande de expedientes, que han afectado a más de 500.000 empresas, en tan corto espacio de tiempo.
La orden dada en su momento desde el Gobierno para agilizar al máximo la aprobación de los ERTE, por tanto, no ha sido suficiente y ha dejado a muchas familias sin trabajo y sin ingresos en los últimos tres meses
La flexibilización de los trámites de gestión de los ERTE ha provocado, además, algunos problemas adicionales: errores en las cantidades pagadas por la Seguridad Social a los trabajadores, en unos casos de más y en otros de menos, no haber contemplado las prestaciones por hijos, o bien que haya gente que sigue cobrando del paro pese a haberse reincorporado ya al trabajo. A todo ello hay que añadir la imposibilidad material de combatir los eventuales fraudes que los sindicatos denuncian que realizan algunas empresas, algo que resulta del todo inmoral en una situación tan dramática como la que vive el país.
Todo el conjunto de incidencias citadas tiene su justificación en el monumental alud de trabajo que cayó de golpe sobre una administración pública que ya tenía una infradotación de personal y que no se ha podido reforzar con la rapidez suficiente. Lo más probable es que se tarde varios años en corregir los errores que se han producido en estos meses, ya que no hay capacidad para atender las necesidades del día a día y resolver al mismo tiempo los problemas generados.
Ante esta situación el Gobierno autonómico de Madrid ha habilitado un protocolo de actuación conjunta con el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) para mejorar la atención a los trabajadores y empresas y contribuir, de esta forma, a superar el colapso en la gestión de las incidencias en los ERTE. En Catalunya, sin embargo, esa colaboración entre el SEPE y el Servei d’ocupació de Catalunya (SOC) incomprensiblemente no se ha producido. La Generalitat afirma que ofreció ayuda en su momento y que el Gobierno central la rechazó. En cualquier caso es necesario que esa colaboración se produzca cuanto antes, en beneficio de los trabajadores y empresas catalanes. Ante la clara insuficiencia del personal de la Administración central en Catalunya es más urgente que nunca que haya colaboración con la Generalitat y que los efectivos autonómicos refuercen los de la Seguridad Social y los del SEPE. Los ciudadanos no tienen por qué pagar la falta de entendimiento político entre Catalunya y Madrid y mucho menos en las graves circunstancias actuales.
El SEPE y el SOC deben
sumar esfuerzos para resolver el atasco en las prestaciones laborales