Nueva referencia en Lleida
Caravista, la cocina con mayúsculas de Mateu Blanch
Pocos profesionales han conocido de primera mano los “grandes” restaurantes de Lleida, las referencias históricas de un territorio exento de demasiadas sofisticaciones. Desde la lejana pérdida de Moncusí (Moli de la Nora) y la desaparición del inicial Forn del Nastasi, Lleida ha conocido una sequía de cocineros mediáticos.
Hoy 5 a Taula quiere atender requerimientos de proximidad y sabor popular. Por este motivo nos hemos trasladado a Lleida para conocer a Mateu Blanch, protagonista directo de toda esta historia: 7 años con Castaño en el Malena, 2 años en el Carballeira y otros dos con Joel Castañé en la Boscana. Es comprensible que, con tal bagaje, Mateu dé en la diana en su primer restaurante de propiedad abierto en el centro de la ciudad.
El cocinero se ha decantado por una cocina de atractivos estímulos comerciales pero con una sólida y bien estructurada carta. Su devoción por los productos del mar, aspiración mítica de muchos leridanos, le hace buscar en origen los mejores productos que llegan desde las lonjas: gambas, rodaballos, merluzas, doradas, lenguados y todo tipo de mariscos. La profesionalidad de Mateu Blanch les asegura el delicado tratamiento que merecen. 5 a Taula propone un menú que permita terminar con uno de los espléndidos arroces.
Empezar con una ostra Guillardeau número 2, aderezada con un tartar de carne y unas láminas de trufa estivium. Seguir con un salpicón de bogavante acompañado con una holandesa de plancton, mezcla tan acertada como insólita. Para continuar, una ventresca de atún lacada sobre caviar de berenjenas, clavada. Podemos ya pasar al arroz de senyoret con sepia y gambas, elaborado con la variedad Carnaroli y en cazuela de fundición que recoge todas las esencias del fumet: un acierto indiscutible. Terminamos con una extraordinaria pieza de cabrito salseado de la variedad Xisquet, criado en Juneda, gran clásico de impecable ejecución.
Caravista es mucho más que un simpático y apetecible restaurante de Lleida. Es un gran equipo de profesionales entusiastas y motivados que atesora un increíble potencial. ¡Lleida otra vez en el mapa!
Miembro de una familia ligada al mundo del vino desde hace más de ocho siglos, Valentí Roqueta se propuso recuperar la tradición enológica del Bages, tierra históricamente vinícola donde el cultivo de viña se encontraba en retroceso. Su proyecto le llevó a Santa María de Horta de Avinyó, alrededor de la masía donde las antiguas generaciones Roqueta ya elaboraban vinos en el pasado. Con este propósito, en 1983, nacía la bodega Abadal, buscando mostrar la expresión más auténtica y singular de su territorio. También en esta línea, desde sus orígenes la bodega trabaja para recuperar y poner en valor las variedades históricas de la zona, con la Picapoll y Mandó como principales exponentes.
Su gama de vinos, con nombres como el Abadal 3.9 Vino de Finca, o el Abadal Picapoll, a la que ahora se suma el nuevo Abadal Matiz, apuesta por la elegancia y la autenticidad, fusionando delicadamente las variedades , el clima, el suelo, la tradición y el entorno boscoso de aquel entrañable rincón del Bages.