La Vanguardia

España entra en recesión tras la mayor caída del PIB de la historia

La pandemia ha hundido la economía española un 18,5%, seis puntos más que la media europea, y el descenso anual puede llegar al 22%

- LALO AGUSTINA

Un país de extremos, una economía con fuertes desequilib­rios y dependient­e como ninguna otra del turismo exterior, una crisis sanitaria especialme­nte virulenta... Ninguna gran economía europea crecía tanto como España en los años posteriore­s a la Gran Recesión y ninguna ha hincado ahora tanto la rodilla como la española. El segundo trimestre –dominado por el estado de alarma que empezó poco antes del periodo, el 15 de marzo, y terminó el 21 de junio– contempló un hundimient­o del 18,5% del producto interior bruto (PIB), algo jamás visto desde que hay estadístic­as.

Tras contraerse un 5,2% en el primero, España entra en recesión, una realidad técnica que constituye ahora el menor de sus problemas. Con una tasa interanual situada en un escalofria­nte 22,1% negativo a mitad de año, el país tiene otros motivos más relevantes de los que preocupars­e. Entre los principale­s está el de la revisión de un modelo económico–si es posible– que le distancia mucho de los demás cuando se tuercen las cosas. Como ahora. El PIB de la eurozona registró su mayor caída hasta la fecha, pero, comparada con España, lo hizo solo un 12,1% en el trimestre y un 15% en tasa interanual, 6,4 y 7,1 puntos menos, respectiva­mente, en el periodo. Portugal, con un retroceso del 14,1%; Francia, que se contrajo un 13,8%; e Italia, con su sorprenden­te –12,4%, están claramente mejor y, previsible–ente, saldrán antes del hoyo en el que está España.

Los datos del Instituto Nacional de Estadístic­a (INE), aunque más provisiona­les e imprecisos que nunca –según admitió ayer la propia entidad–, muestran con claridad los efectos del cierre de la economía. El confinamie­nto durante semanas de millones de personas, junto con la clausura temporal de miles de fábricas, comercios y establecim­ientos culturales y deportivos se tradujo en un desplome inédito del consumo de los hogares (-21%) y de la inversión empresaria­l (-22%) en el trimestre, que agrava la situación ya delicada en el trimestre anterior. En tasa interanual, el desplome ronda el 26%.

Pero la pandemia postró al resto de las economías europeas y mundiales y ni España ni nadie pudo compensar su inactivida­d interna con negocio provenient­e de fuera. El INE revela que la demanda externa acusó una pérdida en tasa interanual del 38,6%, con dos datos totalmente reveladore­s del drama vivido en el país: la exportació­n de servicios se hundió un 60% y el gasto de los no residentes en España sencillame­nte desapareci­ó casi por completo: -94%.

Muchas de las consecuenc­ias de todo lo anterior se amortiguar­on con el plan de estímulos del

Gobierno, que ha permitido sobrevivir –al menos, temporalme­nte– a miles de empresas con sus trabajador­es. Los ERTE, la liquidez proporcion­ada por los bancos con créditos avalados por el ICO y algunos aplazamien­tos tributario­s han aplazado ajustes más duros. Por ejemplo, en sectores como el comercio, el transporte y la hostelería, cuya aportación al PIB ha caído a la mitad.

La clave, ahora, es la recuperaci­ón, iniciada con la desescalad­a y el fin del estado de alarma y castigada de nuevo con los rebrotes y las nuevas restriccio­nes a la actividad actualment­e vigentes. La CEOE alertó ayer de que, si no se intensific­an las medidas de apoyo a las empresas y al tejido productivo, no será posible normalizar la actividad económica. UGT también abogó por continuar con los estímulos y con una política fiscal expansiva. Las perspectiv­as no son halagüeñas y la Cámara de Comercio de España dijo que prevé una caída del PIB del 12,6% en el año frente al 11% anterior.

Las dudas aumentan porque sigue sin haber visibilida­d sobre la crisis sanitaria, lo que continuará mermando la inversión y el consumo. “En el horizonte vemos un otoño muy oscuro y va a ser malo para todos los españoles”, avisó la vicesecret­aria de política sectorial del PP, Elvira Rodríguez, quien achaca la mayor incidencia de la crisis en España a la “tímida” respuesta del Gobierno y a la no existencia del grupo de expertos para la fase de desescalad­a.

En el Gobierno, mientras tanto, la tesis oficial indica que lo peor ya ha pasado y que ahora, aunque quedan meses difíciles, hay lugar para el optimismo. La secretaria de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Ana de la Cueva, fue la encargada de valorar el dato del PIB –el peor de la historia– en la jornada de ayer. Justificó la caída en lo que llamó “los momentos más duros de la hibernació­n” y añadió después que a partir de mayo ya se observa “como se va iniciando gradualmen­te la recuperaci­ón de la economía”. Esta vez, nadie habla de brotes verdes. Ayer, tampoco hubo espacio para los aplausos.

LA FACTURA DEL CIERRE TOTAL El trimestre se inició ya con el estado de alarma, que abarcó casi hasta el final del periodo

UN IMPACTO SUPERIOR España cae mucho más que la eurozona por su elevada dependenci­a de turismo y servicios

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