Isabel Suqué
Presidenta Festival de Peralada
El Festival Castell de Peralada clausuró esta edición especial Lifestream en la que durante diez días ha programado actuaciones en vivo en su escenario de la Muralla y ha sabido combinar el público invitado presencial con la retransmisión online.
Los responsables del Festival Castell de Peralada difícilmente podían haber elegido mejor al artista encargado de clausurar la particular edición de este año del certamen, marcada por la crisis sanitaria del coronavirus. Christophe Chassol, el músico francés nacido en 1976 en Martinica, presentaba en el llamado Peralada Livestream su último proyecto, Ludi, un disco y una película sobre el mundo del juego en sus diversas vertientes que toma como punto de partida la novela El juego de los abalorios, de Herman Hesse. Y lo hizo de una forma y con un concepto que enlaza directamente con la idea y el concepto por el que han apostado este año los responsables del festival: una puesta en escena sencilla bien adaptada al recinto de las murallas del castillo, y una apuesta decidida por las nuevas tecnologías como elemento de creación y de trasmisión artística. Ludi, el espectáculo que Chassol llevó a Peralada, reunía perfectamente estos dos requisitos: dos músicos en escena y una pantalla sobre la que se iban proyectando las imágenes que acompañaban a la música, interpretada en directo y también grabada. La misma dualidad se daba entre el público: unos pocos espectadores siguiendo la actuación en el mismo recinto, y muchos más haciéndolo desde sus casas, a través de la página web del festival, gracias a su retransmisión en streaming.
Chassol subió al escenario con la única compañía del batería y también vocalista Mathieu Edward, con quien actúa desde hace años. Pero no estaban solos, en absoluto.
Porque el proyecto del músico francés incorpora a muchos más artistas, tanto sonoros como visuales, que aparecieron en Peralada aunque no estuvieran allí, como también lo hicieron en las casas de todas las personas que seguían el concierto en streaming. Las nuevas tecnologías puestas al servicio de la creación y utilizadas para el acceso al arte. El paradigma de la edición de este año de Peralada.
El artista francés hace tiempo que dejó de ser una promesa y se ha convertido en una auténtica realidad que llama la atención de otros creadores por su habilidad a la hora de crear atmósferas, por su sentido del ritmo, por la vitalidad de sus melodías, por su capacidad para integrar en su obra sonidos de la vida cotidiana.
Todo eso está en Ludi, el último de sus trabajos (ya ha publicado seis discos, y es el autor de un par de bandas sonoras de películas), en el que intervienen hasta seis cantantes, un sexteto de flautas, un dúo de baterías… y el mismo Chassol al teclado, claro. La música que crean se ajusta como un guante a una sugerente película en la que conviven filmaciones e ilustraciones elaboradas a propósito para este proyecto (incluidas imágenes de los intérpretes), con escenas de documentales, de películas y de retransmisiones deportivas preexistentes. El espectador se ve transportado con la música y las imágenes ideadas por Chassol a una montaña rusa (en una escena trepidante), al recreo de unos escolares, a un casino, a los anillos de Saturno, a un partido de baloncesto… en un periplo magnético en el que todos sus sentidos son puestos a prueba.
El espectador se vio transportado con la música y las imágenes a una montaña rusa, al recreo y a un casino