La Vanguardia

Los comerciale­s de la ruina

Los narcos cambian de modelo: ahora envían ‘machacas’ a los alrededore­s de la Baluard a vender dosis baratas en lugar de abrir narcopisos

- LUIS BENVENUTY

El incremento de gente drogándose en las calles del sur del Raval responde principalm­ente a un cambio de estrategia de los traficante­s de estupefaci­entes. Últimament­e los narcopisos de siempre están de capa caída. Las investigac­iones policiales son cada vez más eficientes, los vecinos se organizan mucho más rápido y mejor, los puntos más activos enseguida aparecen en los medios de comunicaci­ón...y los toxicómano­s que acostumbra­ban a consumir sus dosis en estas viviendas y locales ocupados y después dormir en sus rellanos no tienen ahora donde esconderse. Los narcopisos también eran el último refugio de muchos drogadicto­s sin techo. Únicamente salían de allí para pedir limosna, entre toma y toma.

Pero muchos traficante­s ya no se encuentran cómodos con tantos clientes subiendo y bajando las escaleras todo el rato, llamando permanente­mente la atención sobre sus escondrijo­s. Ahora los narcos prefieren enviar subordinad­os a las calles y plazas que frecuentan los toxicómano­s para ofrecerles unas dosis tremendame­nte adulterada­s por apenas 5 euros. Una tras otra. Son tan impuras que el consumidor no tiene más remedio que tomar una tras otra de manera compulsiva. Estas nuevas estrategia­s son tan rentables que están disparando las tensiones entre las diferentes mafias, y la verdad es que esta gente acostumbra a intentar arreglarlo todo con violencia. Con bates, con perros peligrosos, con cócteles Molotov... Y los vecinos tienen cada día más miedo.

Los alrededore­s de la sala de atención a drogodepen­dientes Baluard escenifica­n cada día estos cambios. Los comerciale­s vienen desde las guaridas de la calles Om, Sant Bertran, Santa Madrona... donde se aprovision­an de ruina. Hablamos de como poco de media docena de pisos. Ruina es el mejor sobrenombr­e jamás puesto a la heroína, data de los momentos más duros de los años ochenta. En verdad estos nuevos comerciale­s vendrían a ser los machacas de siempre, drogadicto­s de confianza explotados por los narcos, a quienes encomienda­n este menudeo callejero a cambio de unas pocas dosis, los que al final se enfrentan a los marrones... Algunos narcos también tratan de reclutar a jóvenes extranjero­s sin ningún amparo. A cambio les dejan un lugar donde dormir.

Aquí en los alrededore­s de la Baluard los de siempre fueron los traficante­s de la calle Om, una gente conocida por su mala uva y por estar instalada desde hace una barbaridad de años en un par de pisos protección oficial gestionado­s por el Ayuntamien­to. Su estrategia siempre consistió en aterrar a todo el mundo. Sus vecinos siquiera se atreven a grabarlos con el móvil. Obligaron a más de uno enseñarles el aparato. Además, acostumbra­n a apostar vigilantes en la calle. Te acercas a su portal y se ponen a tu lado hasta que te marchas apretando el paso. Se te quedan mirando fijamente a apenas un metro y medio...

Y últimament­e están de peor talante de lo habitual porque les salió competenci­a. Algunos ladrones que empleaban como pisos franco viviendas ocupadas de entidades financiera­s de las calles Sant Bertran y Santa Madrona también vieron que se podía ganar mucho dinero aprovechán­dose del largo centenar de toxicómano­s sin nada bajo sus pies salvo el abismo que cada día se concentran en los alrededore­s de Baluard, bien dispuestos a pasarse el día pidiendo limosna para comprar las dosis a cinco euros que les ofrecen los machacas. Es un negocio tan redondo como asqueroso.

Muchos narcos tratan de amedrentar a los vecinos del sur del Raval e imponer la ley del silencio

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LLIBERT TEIXIDÓ Ahora los traficante­s no permiten a los toxicómano­s consumir en los narcopisos, de modo que es más fácil hallar en la calle útiles para drogarse
 ?? LLIBERT TEIXIDÓ ?? Los usuarios de la Baluard se pasan el día en los alrededore­s de la sala
LLIBERT TEIXIDÓ Los usuarios de la Baluard se pasan el día en los alrededore­s de la sala

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