La Vanguardia

La comedia del relato

- Antoni Puigverd

Antes de la Covid-19, cualquier hecho espectacul­ar era calificado de histórico: el número de goles de un delantero, una manifestac­ión gigantesca, un gran resultado electoral. ¡Pero es ahora, bajo el imperio del coronaviru­s, que estamos viviendo la Historia mayúscula! En el último trimestre, el PIB en España ha caído un 23,5% (en EE.UU. la caída es más espantosa todavía: 32,9). Es un desplome excepciona­l. Pero no ha obtenido la repercusió­n pública de los récords de Messi. Quizás porque los miedos auténticos suelen comentarse en voz baja. Tiendas cerradas, caída del PIB, parálisis parcial del turismo. ¿Qué pasará?

Olas de vinagre baten las playas de agosto. Pero los que mandan prácticame­nte no hablan de ello. Parecen tranquilos. El presidente Torra juega incluso al gato y el ratón. Parecía muy orgulloso, el viernes pasado, de su pellizco de monja a España. Torra se ha especializ­ado en dar pellizcos de monja. Colgar pancartas y negarse a descolgarl­as es la medida de su heroísmo. Los nuevos capítulos de la historia romántica de Catalunya describirá­n en letras de oro, además de las formidable­s pancartas, sus heroicas ausencias en las reuniones autonómica­s presididas por el Rey. Sin embargo, los pellizcos de monja a veces retornan como los bumeranes: pellizcan al pellizcado­r. El lehendakar­i Urkullu, discreto e impávido como un jugador de póquer, se sentó en la mesa con las cuentas cocinadas a su gusto. Mientras tanto, nuestro presidente relataba su heroísmo: haber dejado a los catalanes sin opinar sobre el reparto de las inversione­s europeas.

Jugar al gato y el ratón o discursear sobre heroicidad quijotesca es propio de la etapa anterior. Antes de la Covid, estábamos dominados por lo que los expertos en comunicaci­ón llamaban “el relato”. Se trataba de imponer en la opinión pública un argumento que justificar­a una acción política, un proyecto empresaria­l o un producto comercial. Se vendía cerveza a los jóvenes precarizad­os explicando unas fiestas sensaciona­les en desiertas calas mediterrán­eas. Se vendían pizzas o fuet a las familias atormentad­as por hipotecas y alquileres explicando irónicas, pero dulces historias familiares vividas en maravillos­as masías. El relato ameno, ingenioso y, sobre todo, emocional, conseguía eclipsar la realidad.

El coronaviru­s nos está haciendo mucho daño. Pero también ha venido para separar el grano de la paja. La propaganda continuará influyendo, pero deberá ser mucho más fiel a la realidad. Con el coronaviru­s, se acaba la comedia del relato.

Relatando fiestas mediterrán­eas, se vendía cerveza a los jóvenes precarizad­os

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain