La Vanguardia

El puerto de las mujeres

La igualdad de oportunida­des en el Consorcio del Port de Mataró propicia que el 71% de los cargos directivos los ocupen mujeres

- FEDE CEDÓ

En el puerto de Mataró conceptos como empoderami­ento, igualdad de género o ley de la paridad quedan obsoletos ante la dinámica de trabajo que imprimen los empleados y empleadas en una instalació­n que no distingue entre hombres y mujeres. Ajenas al debate sobre las reclamadas cuotas de género en las empresas públicas, las trabajador­as portuarias eluden las polémicas sexistas y demuestran que si las mujeres dispone de las mismas oportunida­des que los hombres, pueden llegar a ocupar los mismos cargos relevantes que hasta hace poco estaban reservados exclusivam­ente a ellos. En el Consorcio portuario de la capital del Maresme el 71% de las personas que hoy ocupan cargos de responsabi­lidad son mujeres.

Gestionar un puerto moderno y en constante evolución no es fácil. La instalació­n cuenta con 1.080 amarres y cerca de 7.000 metros cuadrados de zona comercial. Todo ello funciona como un engranaje de relojería . En la actualidad, el Port de Mataró está en plena renovación de la infraestru­ctura, los servicios portuarios y la zona comercial. Todo ello con la encomienda de integrar el puerto en la ciudad con una oferta de calidad.

Cuando hace apenas un año accedió a la gerencia del Consorci Port de Mataró, Margarita Díez, asegura que una de las primeras gratas sorpresas que se llevó fue “encontrarm­e con tantas mujeres” en todos los ámbitos de la instalació­n portuaria. “Son ejemplo de mujeres valientes que han apostado por unos trabajos poco convencion­ales”, como ella misma ratifica tras su paso por los puertos de Barcelona o el de Arenys. En Mataró, el último concurso de méritos para ocupar nuevas plazas lo han ganado mujeres.

Una pieza clave para cualquier puerto es la figura del contramaes­tre. La marinera “Tati” García accedió al cargo tras superar un concurso en el que tuvo que superar a decenas de candidatos. Su labor en el puerto, a cargo de la marinería, pasa por atender a las embarcacio­nes. No le sorprende el gran número de mujeres que trabajan en la náutica porque no es una novedad y señala que “Gemma, la gruísta hace veinte años que está aquí o Anna Maria Claus, del centro de buceo, otros veinticinc­o”. Lo que le llama la atención sin embargo “es que no hayan más mujeres en otros puertos”.

En la administra­ción portuaria, Anna Maria Raventós se muestra orgullosa del colectivo femenino del puerto, entre otros motivos porque no se ha provocado “sino que ha surgido”. Diana Cuadras, la directora de la Escola de Vela de Mataró, también opina que el gran número de mujeres en el puerto es gracias a la receptivid­ad positiva de los responsabl­es “para lograr la paridad” y que un “colectivo sea así de sano”. Anna Maria Claus, directora del centro de buceo Blaumar lo suscribe y agradece que los tiempos hayan cambiado ya que “cuando yo empecé a bucear hace 40 años éramos muy pocas mujeres”.

La marinera Tati García superó el concurso de méritos para ejercer de contramaes­tre

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J.C. Varias de las trabajador­as del Consorcio del Port de Mataró

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