El camino (fácil) de Santiago
Padre no hay más que uno 2: La llegada de la suegra
Dirección: Santiago Segura Intérpretes: Santiago Segura, Toni Acosta, Loles León, Sílvia Abril Producción: España, 2020. Duración: 99 minutos. Comedia.
José Luis Torrente es un personaje más sintomático que asintomático, pero de momento permanece confinado hasta que su creador, Santiago Segura, decida, si lo decide un día, que ya es hora de sacarlo de nuevo a patrullar. A lo largo de más de tres lustros (de 1998 al 2014) y cinco largometrajes, el brazo tonto de la ley dio cartas de nobleza a la comedia popular española, en algún punto entre la tradición y la subversión, con dosis masivas de talento y humor política y felizmente incorrecto. Segura se las apaña con sus notables dotes de actor, cómico o dramático cuando toca, y de icono televisivo para todo, pero el gusanillo de la dirección no lo ha abandonado. En cuarentena Torrente, ha tirado por una vía tan eficaz como fácil: el remake. Sin rodeos lo era, calcado, de la comedia chilena Sin filtro, del amiguete Nicolás López. El caso de Padre no hay más que uno es más curioso: era el remake de la argentina Mamá se fue de viaje, del 2017, objeto a su vez de una versión italiana y otra mexicana coincidentes con la de Segura y otra posterior, de este mismo año, francesa. Que, en espacio tan corto de tiempo, cinco países filmen la misma (y sumamente banal) historia indica que hay aquí material en bruto para el gran público: una comedia familiar sin coartadas ni pretensiones artísticas.
Dado que la película fue, en el 2019, la más taquillera de las españolas, Segura no ha tardado en reaccionar con una secuela, en la que repite planteamiento (papá a cargo de las tareas domésticas) pero sacándose un as de la manga: Loles León, que llega a media película, la sacude como un terremoto y aporta un soplo de aire fresco. Loles y su combate continuo con Segura (y con María del Monte en su divertido cameo) ofrecen algunos momentos de buena comedia en un conjunto, sin embargo, de mediocridad insalvable, con un puñado de situaciones sin gancho, precipitadas (el campamento nocturno, el partido de fútbol, el episodio del perro, etc.), que detonan que aquí la única preocupación es la de que no le falte aceite a la máquina de fabricar billetes.