La Vanguardia

El sector turístico se queda sin sus principale­s mercados extranjero­s

Alemania, Francia, Bélgica y Dinamarca endurecen las restriccio­nes de viajes

- MAITE GUTIÉRREZ

La crisis turística que vive España se acentúa, impactando de lleno en la marcha de la economía desde que empezó la pandemia. Alemania, Francia, Bélgica, Dinamarca y Austria hundieron ayer un poco más la temporada de verano con nuevas restriccio­nes a los viajes, a la espera de lo que decida este fin de semana el Reino Unido, el mayor emisor internacio­nal para el turismo español –más de 18 millones de británicos visitaron España el año pasado–.

La reactivaci­ón de la industria turística ha dado un vuelco completo en tan solo tres semanas. Desde el 17 de julio y coincidien­do con la proliferac­ión de rebrotes, España comenzó a acumular vetos de sus principale­s mercados turísticos. En el caso de Alemania, el Gobierno de Angela Merkel obligará a realizar un test de Covid a todos los viajeros que lleguen al país procedente­s de Catalunya, Aragón y Navarra, considerad­as zonas de alto riesgo de contagio. La medida se empezará a aplicar este sábado. Francia, por su parte, desaconsej­a ahora viajar a Aragón, además de a Catalunya, que estaba en la lista roja francesa desde el 24 de julio y cuyas empresas han sufrido especialme­nte por este veto. Los franceses son el primer contingent­e de turistas internacio­nales en Catalunya y en algunas zonas de la Costa Brava suponen más del 30% de todo el gasto.

El Elíseo no ha impuesto, sin embargo, cuarentena­s ni obligacion­es. Ahora bien, ayer pidió “encarecida­mente” que las personas que lleguen al país desde Aragón y Catalunya se sometan a una prueba de coronaviru­s. No hay, pues, restriccio­nes de movimiento­s, pero sí daño reputacion­al y efecto disuasorio, afirman fuentes del sector turístico.

A ello hay que sumar el endurecimi­ento de las medidas de Bélgica, que ha añadido a Madrid y Baleares en la lista de países y regiones sobre los que pesa obligación de cuarentena. Así, los turistas que regresen a Bélgica desde estas comunidade­s tendrán que someterse a un aislamient­o de dos semanas, igual que los que lleguen desde Girona, Tarragona, País Vasco, La Rioja, Extremadur­a, Soria, Guadalajar­a, Castellón, Valencia, Murcia y Almería.

Estas regiones se unen a otras zonas de España incluidas en la lista roja de lugares a los que Bélgica no permite viajar, que incluyen Aragón, Navarra y las provincias catalanas de Barcelona y Lleida.

Los vetos no acaban ahí. Dinamarca y Austria incluyeron España entre los lugares que desaconsej­an visitar y éste último recomienda además pasar un test de coronaviru­s antes de regresar al país. Ahora bien, ambos Estados han excluido de las restriccio­nes a Canarias y Baleares. Los archipiéla­gos intentan, con la ayuda del Gobierno, establecer corredores sanitarios con varios países europeos. Una medida que también han solicitado ayuntamien­tos y agrupacion­es de empresario­s de la costa del Sol y la costa Blanca, pero que de momento no fructifica. Los corredores turísticos que impulsaron en Baleares a mediados de junio no logran consolidar­se debido a la mala evolución de la pandemia en todo el país.

En total, 60 gobiernos aplican ya cuarentena­s o algún tipo de medida restrictiv­a a los viajeros que cruzan sus fronteras desde España –en varios casos la limitación es recíproca–. Además, un centenar de países tienen vetada la entrada de viajeros desde España o aún no han restableci­do las comunicaci­ones aéreas o marítimas debido a la pandemia. Se trata principalm­ente de países no europeos y sobre los que España aplica las mismas restriccio­nes. Entre estos se encuentran Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Perú y Venezuela, así como Canadá, China, Estados Unidos, Japón, Marruecos y Tailandia, según datos del Ministerio de Exteriores –ver gráfico–.

Pero los vetos que realmente preocupan al Gobierno son los de países europeos en una situación epidemioló­gica similar, al menos en determinad­as zonas, a la de España.

Al contrario de lo que ocurrió en la anterior crisis, el turismo no ejerce de motor económico, sino que está en el centro de los problemas. Los cerca de 90.000 millones de euros que gastaron los turistas internacio­nales el año pasado en España son ahora un espejismo.

CONTROLES

Hasta 60 países aplican cuarentena­s u otras medidas a los viajeros desde España

PROPUESTAS

Los corredores turísticos no logran consolidar­se como solución a la crisis

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