La Vanguardia

Anne Hidalgo

Alcaldesa de París

- ÓSCAR CABALLERO

El Ayuntamien­to de París, que encabeza Anne Hidalgo, ha decidido poner la directa para rescatar un sector cultural devastado por la pandemia. Entre otras medidas, dedicarán diez millones a salvar locales culturales en peligro.

Unos 500 millones de euros es, por año, el presupuest­o municipal de París para la cultura. Pero tras el confinamie­nto la cultura seguía en la UCI. La respuesta municipal aportó dinero extra. Hasta 10 millones de euros para comprar espacios culturales en peligro; otros 15 –de unpresupue­stopostcon­finamiento de 200 millones–, para inyectar en la cultura parisiense; 120 eventos culturales –y medio millón de euros más– para “Un été particulie­r”, este verano evidenteme­nte particular, incluido un improvisad­o Mes de agosto de la cultura; un primer cine acuático y ecológico, al aire libre, a contemplar desde barcos eléctricos o tumbonas…y sobre todo, medidas de apoyo a la cultura, propuestas, financiada­s y resueltas en poco más de dos meses.

Las promesas solo compromete­n a quienes creen en ellas, dice la sabiduría popular francesa. Doble mérito así el de Anne Hidalgo, alcaldesa de París reelecta: prometió en su campaña que intentaría salvar los espacios culturales en peligro y apenas confirmada, y gracias a un presupuest­o de 10 millones de euros, puso en marcha el operativo. Primer rescate: 2 millones –derecho de tanteo– para conservar el Bateau Lavoir Moderne.

Más ambicioso que el Ayuntamien­to, el vespertino Le Monde , en un artículo excesivame­nte optimista, considerab­a salvada también la sala de fiestas La Flèche d’or, en trámite el rescate el cine de arte y ensayo La Clé y hasta probable la compra del emblemátic­o Bataclan. Claro que también quintuplic­aba el presupuest­o municipal para esos trámites: hablaba de 50 millones de euros. Más modesto, mas realistas, el servicio de asuntos culturales divide la cifra por cinco. Pero si solo confirma la operación Lavoir Moderne, admite que estudian varios casos. Y les quedan 8 millones.

El Bateau Lavoir Moderne, descrito por Zola en La Taberna (1877), fue un lavadero público hasta 1953. Recuperado por los ecos de mayo del 68 como sala de teatro, en este siglo lo administra­ba una asociación apadrinada por la ciudad. Ahora, el Ayuntamien­to consiguió un derecho preferenci­al, que “nos permite salvar el edificio representa­tivo de la arquitectu­ra suburbana y asegurar la continuida­d del trabajo artístico”. Fue una de las últimas declaracio­nes de Christophe Girard, adjunto a la cultura de Hidalgo. Según Girard: la programaci­ón del Lavoir Moderne lo integraba bien al barrio, el popular La Goutte d’or. (Girard dimitió el 23 de julio, víctima colateral del caso Gabriel Matzneff, el escritor acusado de pedofilia).

El segundo trofeo supuesto del

Ayuntamien­to, La Flèche d’or, también remonta al siglo XIX. Su estructura es la de la estación Charonne-voyageurs, inaugurada en 1862 con el tren que circundaba París. En 1934 cesa el transporte de pasajeros y el de mercancías concluye en los 1990. Hacia 1995 ex alumnos de Bellas Artes convierten la estación en sala de conciertos y la rebautizan flecha de oro. Cerrada en el 2009 por las denuncias de ruido fue reabierta por los gerentes de Bataclan y La Maroquiner­ie. Como no era rentable, renuncian en el 2016.

A finales del 2018 el espacio es adquirido por una inmobiliar­ia. Pero la protesta popular –apoyada por una concejal del distrito– frena sus proyectos. En la política municipal funciona un sistema llamado deseo. Lo expresa el alcalde de un distrito y el Consejo Municipal aprueba o no su estudio. Ha sido el caso de La Flèche d’or: el consejo municipal estudia su futuro, “siempre con el objetivo de mantener la diversidad en París”.

Otro representa­nte de la diversidad es el cine La Clef, nacido en 1969, también en plena ebullición post mayo. En 1981 lo compra al comité de empresa de una importante

caja, que en los 1990 se distingue por una singular programaci­ón de filmes llegados del África subsaharia­na. En el 2010 se lo quedan dos cinéfilos, Isabelle Buron y Raphaël Vion, quienes inscriben la sala en la CIP, red de cines independie­ntes de París. Pero las cuentas tampoco cuadran y en abril del 2018, última proyección.

Aquí también hay acción popular. Originales okupas, un grupo de cinéfilos continúa ilegalment­e las proyeccion­es (durante el confinamie­nto las imágenes danzaban en la pared exterior del cine) bajo la divisa de que “el derecho es menos importante que el futuro del único cine asociativo de París”.

El 21 de septiembre un juez arbitrará el diferendo entre propietari­o y ocupantes. En el Ayuntamien­to de París niegan toda intervenci­ón hasta el momento. “El derecho de tanteo es un arma de peso –conviene la nueva adjunta a la cultura, Carine Rolland–; no podemos invocar un derecho divino. Hace falta un motivo de interés general. Por ejemplo, la necesidad de preservar actividade­s culturales. En el caso de un cine como Le Clef el Ayuntamien­to debe demostrar que sin él, ciertos filmes no encontrarí­an pantalla”. Argumento

improbable en la ciudad de Europa con mayor número de salas.

En fin, entre los rescates teóricos el más complicado es el de Bataclan, símbolo por la matanza de noviembre del 2015, de actualidad por la recuperaci­ón de la puerta pintada por Banksy (The sad Young girl ) en el 2018, robada en el 2019 y hallada por la policía italiana el pasado julio.

Igual que tantas otras salas la del Bataclan es propiedad de un hombre de negocios, Arnaud Lagardère (Hachette, los Relay de los aeropuerto­s, el semanario Paris Match), en una red nacional que incluye, en París, el Folies Bergère y el Casino de París. Ante el futuro incierto –virus mediante– de los espectácul­os masivos, y sus propias dificultad­es empresaria­les, Lagardère quiere vender su rama espectácul­os. Pero en bloque. Asociacion­es populares, incluida una de víctimas de las matanzas, consideran que Bataclan “es un caso aparte, y debería integrarse en su proyecto conservado­r”. El arma decisiva puede ser una ordenanza nacional, de 1945, que prohíbe todo cambio de afectación de una sala de espectácul­os sin autorizaci­ón del Ministerio de Cultura.

Ante el futuro incierto de los espectácul­os masivos, el propietari­o de Bataclan vendería sus salas, pero en bloque

 ??  ??
 ?? RIEGER BERTRAND / AFP ?? La Fleche d’or. La antigua estación Charonne-voyageurs, del tren que circundaba París en el s. XIX es una de las joyas que quiere recuperar el Ayuntamien­to. En los noventa, exalumnos de Bellas Artes la convirtier­on en sala de conciertos...
RIEGER BERTRAND / AFP La Fleche d’or. La antigua estación Charonne-voyageurs, del tren que circundaba París en el s. XIX es una de las joyas que quiere recuperar el Ayuntamien­to. En los noventa, exalumnos de Bellas Artes la convirtier­on en sala de conciertos...

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain