En la costa del Maresme
MIO, chiringuito vip en la playa de Caldetes
Hemos de confesar una cierta afición por los chiringuitos de playa, edificaciones singulares y veraniegas que se ubican en zonas públicas bajo concesiones administrativas. Buscando por la costa de Barcelona y a sabiendas que entre el puerto del Balis y el hotel Colon se extiende una bonita playa de varios kilómetros, con el Paseo de los Ingleses como telón de fondo, hemos encontrado un chiringuito chic y de gastronomía destacable.
En este caso es la familia Cabanes al completo la que tripula este encantador barco varado en la arena: terraza cubierta, instalaciones correctas, luces tenues y una pequeña cocina con chef y buena despensa. Los Cabanes responden al teléfono personalmente, sirven un mojito en la barra o cocinan un arroz de cigalas y tocino ibérico. Su proyecto, que ha cumplido cuatro años, ha tenido un éxito ascendente. De hecho, Josep Cabanes no viene de la restauración, sino del ocio nocturno. Pero se declara un apasionado cocinitas con mano para los arroces. Su condición de gourmet le obliga a estar al tanto de los mejores suministros que transfiere a su cocina resultando un sobre valor culinario.
La carta cambia del día (arroces, carnes, postres contundentes y menús para niños) a la noche (presencia de platos más complejos y pescados). El nivel cuidado del conjunto viene dado por la constante presencia del patrón, sin desmerecer el trabajo ímprobo de Pepón, chef del MIO. Desayunos, tumbonas, bebidas frías y una clientela sibarita completan nuestro enclave entre el municipio de Sant Vicenç de Montalt y el de Caldes de Estrach.
Algunas coordenadas: el excelente tartar de tomate “Paolo Petrilli” con emulsión de wasabi y falsa oliva, el carpaccio de vaca rubia gallega con especies, producto, corte y sabor merecedor de un 16 puntos de 5 a Taula. Las fresquísimas gambas de Arenys y cualquiera de las piezas de pescado traídas diariamente por el suministrador de Mataró.
En pocos sitios de la costa, a menos de 20 metros del mar, se obtiene tanto esmero en la cocina y un servicio tan atento como en este chiringuito que no tiene otras pretensiones que no sean la honesta gestión familiar y la afición desenfrenada por los buenos productos.