Destellos que brillan y perduran
Desde hace 125 años, los cristales tallados Swarovski lucen en la moda, el cine o la música
45.º aniversario del presidente Kennedy, en mayo de 1962, ha pasado a la historia por el Happy birthday, que le cantó Marilyn Monroe. La última Super Bowl, celebrada el pasado febrero, también será recordada por ser la primera vez que el show del descanso lo protagonizaron dos latinas: Jennifer López y Shakira. En ambas ocasiones, Swarovski ha estado presente. Sus famosos cristales tallados brillaron en el vestido largo que lució la actriz rubia y en las botas rojas de la cantante colombiana.
La firma austriaca cumple 125 años este 2020, y en todo este tiempo ha brillado no solo en joyería sino en moda, música, cine o deporte. Incluso forma parte del paisaje urbano de Nueva York, en Navidad, ya que desde el 2004 corona el icónico árbol del Rockefeller Center, con una estrella de enormes dimensiones y unos tres millones de cristales.
Poco podía imaginarse Daniel Swarovski en 1895 cuando fundó la compañía que 125 años después, el negocio estaría dirigido por la quinta generación de la familia, tendría 34.000 empleados, presencia en 170 países y unos ingresos de unos 3.500 millones de euros (según datos del 2018). La fábrica que creó Daniel Swarovski era de corte de cristal, con una máquina que había patentado él mismo. Su lema era “diamantes para todo el mundo” a partir de sus cristales. Como la factoría estaba, y sigue estando, en el Tirol austriaco, en Wattens, en 1899 eligió como logotipo la flor de edelweis. Desde 1988, la firma, sin embargo, se identifica con un cisne, su joya más icónica.
Casi en sus inicios, Swarovski se alió con la moda. El taller del modisto británico Charles Frederick Worth, considerado el padre de la alta costura, fue el primero en utilizar los cristales para los vestidos de gala de su elitista clientela. Desde entonces todas las firmas, sobre todo las de lujo, han contado con ellos para sus prendas y accesorios. En
Victoria’s Secret, Swarovski es fundamental en sus desfiles y también tiene un papel destacado en las colecciones nupciales. Y como ejemplo, el impresionante vestido, con seis metros de cola y 45 kilos peso que lució la heredera Victoria Swarovski, en su boda con Werner
Mürz, en junio del 2017, en Triste. El traje lo creó el diseñador filipino Michael Cinco y llevaba 500.000 cristales cosidos a mano. Durante varios años, la revista
Elle eligió Swarovski para convertir su portada navideña en joya. Se necesitaban muchas horas de trabajo para pegar los cristales a modo de vestido en el cuerpo de Elsa Pataky, Paz Vega, Eva Longoria, Belén Rueda o Irina Shayk, entre otras.
En el cine, numerosas películas le deben mucho a los cristales de la firma, como Moulin Rouge o Chicago, que obtuvieron el Oscar al mejor vestuario. Y también la versión de
Cenicienta del 2015. La música también ha recurrido a Swarovski para hacer más llamativa la ropa o los instrumentos en el escenario. Los célebres guantes que solía usar Michael Jackson estaban revestidos de cristales de la firma, y en una suel
Michael Jackson actuaba con guantes de la firma de joyería y en una subasta se pagaron 350.000 dólares por uno
basta se pagaron 350.000 dólares, por uno. En el deporte, ha creado cascos para pilotos de fórmula 1 o de motos como Jorge Lorenzo.
Para conmemorar el aniversario, Swarovski tiene previsto realizar acciones en Viena, Shanghái, París y Nueva York. Ha lanzado una colección en la que han rediseñado sus piezas más icónicas. También ha contado con colaboradores de lujo como Penélope Cruz para su línea Atelier. Ha editado un libro histórico y en otoño se estrenará en teatros y en streaming un filme sobre estos 125 años de brillo.