El timón perdió la timidez
Fabián dirige al Nápoles después de que Setién se identificase con él en el Betis
En su etapa en el banquillo del Barcelona, Frank Rijkaard vislumbraba que Thiago Motta tenía todo el potencial para llegar a ser el futbolista que él fue en el Ajax y el Milan. Una vez, en pleno Mundial de Sudáfrica Del Bosque, que fue centrocampista, afirmó que le gustaría reencarnarse en Sergio Busquets. Y a Quique Setién se le prendieron los ojos cuando vio jugar a aquel chico alto, espigado, medio ofensivo, fino y delicado en el pase y goleador, gracias a un gran disparo de zurda. Setién, que aún conserva alma de jugador y le gusta meterse en los rondos y picarse con sus pupilos, no pudo evitar verse reflejado en Fabián Ruiz, que pudo ser barcelonista por 1 millón de euros y que hoy, que vale 50, comanda al Nápoles.
Era verano del 2017 y el técnico acababa de aterrizar en el Villamarín mientras que el canterano verdiblanco regresaba de una cesión en el Elche en Segunda. Setién no dudó en convertirlo en su timón. y para ello, incluso paralizó una venta al Barça, que lo quería para el filial. El club blaugrana puso un millón de euros para llevárselo al Miniestadi. Pero el Betis dijo que no. El cántabro entendió que al chaval, con 21 años, lo que le hacía falta era confianza y, a medida que jugaba, el fútbol de Fabián perdía timidez y se elevaba cada día más.
Pero en aquella pretemporada no fue la primera vez que Setién tuvo delante al zurdo de Los Palacios porque, curiosamente, el debut de Fabián con el primer equipo del Betis se produjo en el Anxo Carro de Lugo en diciembre del 2014 ante el equipo que dirigía el actual técnico del Barça. Juan Merino fue quien le dio la alternativa. “Donde juegue, triunfará. Lo único que le faltaba era un poco de maldad dentro del campo porque es una persona demasiado buena”, vaticina Merino.
Setién le puso como titular en el Bernabeu en septiembre y ya no salió del once. “Aprendí a que tenía que querer la pelota en cualquier momento. Me enseñó a pedir el balón y a seguir intentándolo cuando fallaba”, reflexiona el sevillano sobre las enseñanzas del técnico de su rival.
Lo cierto es que esa temporada (35 partidos, 3 goles) bastó para que el Nápoles tuviese claro que no se le podía escapar. El club italiano pagó los 30 millones de su cláusula y le hizo un contrato hasta el 2023, a razón de 2,5 millones por temporada.
Sin embargo, Fabián Ruiz, cuya madre fue limpiadora de las instalaciones béticas, no ha dejado de tener los pies en el suelo y ha seguido creciendo, sintiéndose importante, primero con Ancelotti y ahora con Gattuso. La campaña pasada se proclamó campeón de Europa sub-21 –con gol incluído en la final– y ésta ha levantado su primer título con el cuadro napolitano, la Coppa de Italia. Además se convirtió en un fijo en las convocatorias de la selección.
Cerebro de elaboración, nadie ha dado más pases en el calcio que él este curso, con 2.331. Mientras que en la Champions, con 452 pases intentados, está en unos registros similares a De Jong, Kroos o Jorginho, interiores de su perfil. Hasta el punto de que ha acabado con el sambenito de que los centrocampistas españoles, después de Luis Suárez, Del Sol y Peiró, no servían en el fútbol italiano ya que no triunfaron Martín Vázquez, Gallego, Víctor Muñoz ni Amor ni tampoco Guardiola, Mendieta, De la Peña o Farinós en el siglo XXI.
Fabián ganó al perder la timidez y Gattuso le exige. “Nos ha dado mucho pero tiene margen de mejora. Este tipo de partido es bueno para él. Si quiere ser un campeón no puede tener miedo”, alienta a su timón.
AHORA TRIUNFA EN EL ‘CALCIO’
En el 2017, el Barça quería al medio para el B y ofreció un millón pero el técnico del Betis vetó la operación