Francia endurece las medidas para frenar una pandemia que se agrava
Anulada la histórica feria del jamón de Bayona por primera vez desde el año 1462
Las autoridades francesas están ordenando, a nivel local, más restricciones para controlar la pandemia de la Covid-19 al acumularse los datos preocupantes sobre la evolución de los contagios. La semana entrante volverá a reunirse el consejo de defensa, encabezado por el presidente Emmanuel Macron, para estudiar la situación y adoptar, si es necesario, nuevas medidas de ámbito nacional.
El Ministerio de Sanidad fue muy claro en su último comunicado, el viernes. “Los indicadores se degradan, confirmando una circulación más activa del virus sobre el conjunto del territorio, en particular entre los jóvenes adultos –decía la nota–. Debemos reforzar la vigilancia, movilizarnos para respetar y hacer respetar las medidas de barrera y los gestos de sentido común en la lucha contra la epidemia”.
Cada vez son más las ciudades que decretan la obligatoriedad de las mascarillas en el exterior, si bien casi nunca esta orden debe cumplirse en todos los espacios públicos. Suele circunscribirse a las áreas más concurridas. Eso provoca cierta confusión y desincentiva el hábito de llevar el cubrebocas de modo permanente. Las últimas en sumarse han sido Carcasona, Ajaccio, Nancy y Marsella. La prefectura de París anunció también que la mascarilla será preceptiva en la capital, a partir de este lunes, en algunas zonas, como los paseos en la ribera del Sena, el canal de Saint-martin y calles muy comerciales.
En las últimas 24 horas contabilizadas –entre el jueves y el viernes–, hubo 2.288 nuevos positivos, con un total de 9.330 en una semana, y 12 fallecimientos adicionales. En un sola jornada se descubrieron 21 nuevos focos de infección. Una de las localidades afectadas es Saint-tropez, en la Costa Azul. Algunos establecimientos debieron cerrar sus puertas después de dar positivo una parte de sus empleados.
La pandemia lo está alterando todo. La histórica feria del jamón de Bayona ha sido definitivamente anulada. En abril, en pleno confinamiento, hubo de aplazarse. La intención era celebrarla en octubre, pero el alcalde de la ciudad vasco-francesa, Jean-rené Etchegaray, comunicó que en el sector no se consideró razonable mantener el evento en estas circunstancias. Es la primera vez, desde 1462, que se produce una cancelación de la feria. La de este año debía ser la edición número 558. Lo que no consiguieron guerras
Los expertos franceses siguen divididos sobre la eficacia real de imponer la mascarilla en espacios abiertos
y revoluciones lo ha podido el coronavirus.
En Francia no hay unanimidad sobre las medidas que se toman y existe todavía mucho malestar por la falta de preparación del país. Aún ahora se expresan dudas sobre si habrá medios para afrontar una segunda ola de la pandemia, este otoño, si los hospitales contarán con respiradores suficientes en las unidades de cuidados intensivos. Duele mucho la comparación con Alemania, cuyas infraestructuras sanitarias y gestión de la crisis han demostrado estar mucho más a la altura que las de su vecino al oeste del Rin.
Los expertos continúan sin ponerse de acuerdo sobre la utilidad práctica de forzar el empleo de las mascarillas en el exterior. Se sabe que la inmensa mayoría de contagios ocurren en recintos cerrados y en encuentros privados de familia y amigos. Es ahí donde las mascarillas tendrían más sentido. El doctor Éric Caumes, jefe del servicio de enfermedades infecciosas del mayor hospital de París, el Pitié-salpêtrière, insiste en que tantas normas obligatorias pueden tener el efecto contrario al deseado, especialmente entre los jóvenes, a quienes se empuja a encontrarse en domicilios particulares, donde el riesgo es mucho mayor.