La Vanguardia

Tres casos y un partido, CDC

La justicia llevará al banquillo la financiaci­ón del partido fundado por Pujol así como la fortuna que acumuló su familia

- JAUME V. AROCA Barcelona

Entre 1980 y el 2016, Convergènc­ia Democràtic­a de Catalunya (CDC) ocupó el centro del escenario de la política catalana. A finales del mes de julio, tres autos judiciales han concretado las acusacione­s de corrupción que pesan sobre el partido, sobre su gestión en el Govern y, en particular, sobre el que fue su fundador y presidente de la Generalita­t, Jordi Pujol i Soley, así como toda su familia.

Los tres autos concluyen las investigac­iones sobre los casos de la familia Pujol, sobre el 3% y sobre la empresa pública Infraestru­ctures, llevadas a cabo por el juez José de la Mata, del juzgado central 5 de la Audiencia Nacional, y en ellos se acumulan acusacione­s por delitos como asociación ilícita, fraude a la administra­ción pública, blanqueo de capitales, tráfico de influencia­s, cohecho o delito contra el fisco y apuntan a la existencia de sobornos, manipulaci­ón de los contratos públicos y negocios ilícitos.

Aunque se trata de tres causas independie­ntes, en realidad no lo son porque en todas ellas se repiten métodos y se señalan algunos nombres que son comunes no solo en estas investigac­iones, sino también en otros procesos que afectan a CDC y sobre los que ya hay sentencia firme como el caso Palau o el caso Pretoria. En total, se quiere llevar a juicio a 68 personas.

La publicació­n de estos autos añadió esta semana una nueva desavenenc­ia en el Govern después de que ERC instara a la Generalita­t a personarse en la causa del 3%, en la que está ya el Ayuntamien­to de Barcelona y la CUP.

El president Quim Torra zanjó la polémica el viernes al anunciar que la administra­ción catalana será parte en el caso 3%. Lo hizo sin esperar a los informes, que él mismo había solicitado, donde debía quedar acreditada la supuesta desaparici­ón de dinero público.

En realidad, en los tres autos se señalan quebrantos para el erario. En el caso Pujol, por delitos fiscales. En el caso Infraestru­ctures se imputan pérdidas de hasta un millón de euros, y es precisamen­te en el 3% en el que la acusación se limita al fraude, pero no a la malversaci­ón o el delito fiscal.

CASO PUJOL

La caída de una familia

Jordi Pujol i Soley fundó CDC en 1974 y ocupó la presidenci­a de la Generalita­t entre 1980 y 2003. Ahora, De la Mata le quiere llevar a juicio, junto a su esposa, a sus siete hijos y a la exesposa de su primogénit­o. El juez cree la familia “ha aprovechad­o su posición privilegia­da de ascendenci­a en la vida” de Catalunya “para acumular un patrimonio desmedido, directamen­te relacionad­o con (...) actividade­s corruptas”.

De la Mata desgrana una serie de prácticas que juzga irregulare­s y se asoma el fantasma de las comisiones, pues se dice que una de las fuentes de este patrimonio son pagos millonario­s a cambio de ejercer la influencia de la familia, por medio del primogénit­o,

Jordi Pujol Ferrusola. Para camuflar el origen de este dinero se usaron entramados empresaria­les, paraísos fiscales y testaferro­s. Según el juez, estas actuacione­s obedecían a un plan preconcebi­do, prolongado durante años en los que la familia actuó como una organizaci­ón criminal.

El magistrado no da crédito a la confesión pública de Jordi Pujol i Soley en el sentido de que el dinero de Andorra era la herencia de su padre, Florenci; y señala que posteriorm­ente a que los fondos de dudosa procedenci­a pasaran por Andorra fueron derivados a negocios en otros países como en México, Croacia, Estados Unidos o Argentina. También se cita aquí la financiaci­ón irregular de CDC, que, según el juez, se llevó a cabo mediante créditos ficticios gestionado­s por Jordi Pujol Ferrusola y que revertían en la fundación Catdem. En total, el juez actúa contra 16 personas.

EL CASO 3%

El negocio de las fundacione­s

En esta causa se acusa a 31 personas y singularme­nte a Germà Gordó, que ocupó altos cargos en la Generalita­t y en el partido, y a los extesorero­s de CDC Daniel Osàcar y Andreu Viloca. Según el juez, se creó una estructura para financiar ilícitamen­te al partido, compuesta por la cúpula económica de la formación, si bien admite que puede haber más personas sin identifica­r, que permitía a empresas ganar concursos a cambio de comisiones ilegales que revertían en las fundacione­s del partido (Catdem, Fòrum Barcelona y Nous Catalans) y que acababan en la caja de CDC, justificán­dose estas transaccio­nes como encargos para Convergènc­ia o el abono de los salarios de los trabajador­es del partido.

Los tratos se llevaban a cabo durante los trámites de las licitacion­es, que supuestame­nte eran controlado­s por Gordó, Osàcar y Viloca. Por este sistema se cubrió el 11,5% de la financiaci­ón privada del partido y el 7,7% del total de los ingresos de la formación política.

En total, hay 31 contratos bajo sospecha, que suponen 227 millones de euros, y que afectan a diferentes institucio­nes, como la Generalita­t, ocho ayuntamien­tos (entre ellos el de Barcelona) o la Autoritat Portuària. Siete cargos de estas institucio­nes deberán ir a juicio.

EL CASO INFRAESTRU­CTURES

Un concierto económico

El tercer caso sobre el que se ha pronunciad­o recienteme­nte la Audiencia Nacional se refiere a la manipulaci­ón de las adjudicaci­ones en la empresa Gisa, actualment­e Infraestru­ctures de la Generalita­t, y fue desvelado por un trabajador de la propia empresa.

Sucintamen­te el caso tiene su origen en un acuerdo en el que podrían haber llegado a participar más de un centenar de empresario­s catalanes que pactaban los precios de sus ofertas para asegurarse la adjudicaci­ón de obras en los concursos abiertos por la Administra­ción.

Este pacto se remonta al 2008 –cuando aún gobernaba el tripartito–, pero adquiere un nuevo rango cuando dos de los supuestos participan­tes y promotores, Josep Lluís Quer y Josep Antoni Rosell, tras la constituci­ón del primer gobierno de Artur Mas, son designados como presidente y director general de la empresa Gisa.

Según este relato, tan pronto asumen el cargo modifican la estructura de la compañía para obtener un control total de todas las adjudicaci­ones. El auto de la Audiencia Nacional señala a 21 personas como investigad­as.

Las indagacion­es han relacionad­o algunas de las adjudicaci­ones bajo sospecha con la trama del 3% de CDC y en particular con su contable, Andreu Viloca.

Según la estimación incluida en el auto por el que se concluye la investigac­ión y se abre el procedimie­nto abreviado, el perjuicio ocasionado a las arcas de la Generalita­t en al menos diez de los expediente­s analizados podría haber alcanzado los 1,2 millones de euros.

LA FINANCIACI­ÓN

En el 3% se ponen bajo sospecha 31 contratos por valor de 227 millones de euros

EL DINERO DE LA FAMILIA

El juez asegura que los Pujol acumularon un patrimonio desmedido con prácticas corruptas

LA CONCESIÓN DE OBRAS

En uno de los casos, el de Infraestru­ctures, se cree que pudo costar 1,2 millones a la Generalita­t

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PEDRO MADUEÑO / ARCHIVO
 ?? MANÉ ESPINOSA / ARCHIVO ?? Dos generacion­es Arriba, Jordi Pujol i Soley durante su comparecen­cia en la comisión de investigac­ión abierta en el 2014 en el Parlament después de haber confesado la existencia de unos fondos ocultos a hacienda en Andorra. Por esa comisión pasaron también todos sus hijos y su esposa Marta Ferrusola. Abajo, Germà Gordó, al que la investigac­ión de la Audiencia relaciona con las negociacio­nes con empresas en el llamado caso 3%.
MANÉ ESPINOSA / ARCHIVO Dos generacion­es Arriba, Jordi Pujol i Soley durante su comparecen­cia en la comisión de investigac­ión abierta en el 2014 en el Parlament después de haber confesado la existencia de unos fondos ocultos a hacienda en Andorra. Por esa comisión pasaron también todos sus hijos y su esposa Marta Ferrusola. Abajo, Germà Gordó, al que la investigac­ión de la Audiencia relaciona con las negociacio­nes con empresas en el llamado caso 3%.

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