Un jardín tropical para ir de compras
El Parc Samà acoge la primera edición del Samà Slow Market para impulsar el comercio de Cambrils y relanzar el parque monumental
Nunca la acción de ir de compras había reunido tanto simbolismo en una única actividad: “Es una inyección de optimismo para el comercio, muy tocado en Cambrils; es aunar espacios verdes, muy apreciados desde el confinamiento, con la actividad comercial; es ofrecer un entorno seguro y realizar algo diferente para activar nuestro sector...”. Y es dar visibilidad a uno de los jardines monumentales más desconocidos de Catalunya, el Parc Samà. Todo ello unido es el objetivo del Samà Slow Market que se celebra este fin de semana en el corazón de este parque romántico de 14 hectáreas, que se construyó en 1881 siguiendo los deseos del marqués de Marianao, quien se hizo construir un pequeño pedazo de paraíso tropical a cinco kilómetros de la costa de Cambrils para pasar los veranos.
Entre comerciantes y artistas, este fin de semana una parte de los jardines del Parc Samà se ha llenado de paradas, una treintena, con artículos mayoritariamente artesanales, además de charangas itinerantes que amenizan el ambiente coincidiendo con la puesta de sol. “Queríamos haber hecho mucho más, pero con las normas de seguridad y la incertidumbre del momento ha sido imposible”, comenta resignada Teresa Recasens, la presidenta de los comerciantes de Cambrils, encargada también de enumerar los objetivos de esta iniciativa que nace con voluntad de continuidad.
La actividad es también un punto de inflexión en el plan para devolver a estos jardines el esplendor de antaño. Desde hace tres años, la empresa DNA Turismo y Ocio se ha hecho cargo de la explotación del parque, que quieren convertir en otro punto turístico de la zona. Material tienen, y mucho. No en vano es un jardín histórico declarado bien cultural de interés nacional. Su promotor fue Salvador Samà i Torrens, marqués de Marianao, destacado político, alcalde de Barcelona y miembro de las juntas organizadoras de las exposiciones de 1888 y 1929. Para rendir homenaje al sabor exótico de la vida en las colonias de sus antepasados –el primer Marqués de Marianao, senador en Cuba– encargó a Josep Fonseré i Mestres la construcción de este parque monumental, donde se sospecha, aunque sin documentos de por medio, que Gaudí dejó sus incipientes huellas modernistas. El resultado
Loros, gamos, pavos reales o patos forman parte de la fauna de este jardín histórico que data de 1881
fue una amalgama de jardines propios del romanticismo, el exotismo del Caribe y un palacio de estilo francés donde todavía veranea la actual marquesa.
El espacio ha pasado muchas vicisitudes. Actualmente está enfocado a la conservación, la sostenibilidad y el ocio familiar. “Nuestro gran valor es la vegetación”, cuenta la directora, Marketa Stverakova, que reconoce que todavía queda mucho por hacer. De momento han pasado de 12.000 a 115.000 visitantes en tres años. A su exótico palmeral se suman árboles de más de 150 años y una variada fauna compuesta por loros, gamos, patos o pavos reales.