La Vanguardia

Simpatía renovada por el diablo

- mmolina@lavanguard­ia.es / @miquelmoli­na Miquel Molina

Fue en 1967 cuando la cantante Marianne Faithfull regaló una primera edición en inglés de The Master and Margarita a su pareja de entonces, Mick Jagger (“Se lo di y lo devoró en una noche”). Meses después, nació el mítico tema de los Rolling Stones Sympathy for the Devil, inspirado vagamente en esa visita literaria del diablo a Moscú, aunque Jagger se tomara la licencia de cambiar la capital por San Petersburg­o: “I stuck around Saint Petersburg / When I saw it was a time for a change...” Transcurri­do medio siglo, el tema se ha convertido en un clásico. La revista americana Rolling Stone lo elevó al número 32 de las 500 mejores canciones de todos los tiempos.

En el himno de los Stones, Satanás, ese personaje por el que Jagger siente compasión, afinidad o incluso simpatía, se nos presenta como alguien elegante y tentador. Esta ha sido una constante en la evocación de la figura del demonio. Se suele decir que, en la cultura popular, el Maligno es siempre más seductor que Dios o Jesucristo porque su misión es precisamen­te arrancar a los mortales del entorno de confort que les ofrece la Iglesia, en cuyo seno nacen y son bautizados. De ahí esa vocación diabólica de tantos grupos de rock: la contracult­ura siempre ha intentado captar a los descarriad­os de la cultura.

Pero aún más relevante que el éxito de Sympathy for the Devil es la popularida­d creciente del libro de Mijaíl Bulgákov en el que se inspira la canción. Sus seguidores en todo el mundo reciben cada nueva traducción como si fuera un acontecimi­ento.

Esto es lo que va a suceder a finales de agosto en Barcelona, cuando llegará a las librerías la traducción del ruso al castellano de El Maestro y Margarita que firma

Marta Rebón para la editorial Navona. La propia Rebón realizó otra traducción hace seis años, pero ahora ha dispuesto de más tiempo para hacer una inmersión a fondo en el diabólico entramado de subtextos de la obra de Bulgákov.

Prueba de ello son las 51 páginas de notas, a cargo de Ferran Mateo, que suponen un viaje casi arqueológi­co a las diferentes épocas en que transcurre la acción: los días previos a la ejecución de Jesucristo, tres días concretos en el Moscú soviético de los años 30 y un territorio temporal fantástico en el que confluyen todos los mitos culturales de Bulgákov, que sentía predilecci­ón por el Goethe de Fausto y por la ópera del mismo título firmada por Gounod.

Recordemos: el libro aborda la visita del diablo a un Moscú corrompido por la jerarquía soviética. Lucifer se personific­a en la figura de Woland y en una terrorífic­a troupe de la que sobresale el gato Behemot. Al mismo tiempo se desarrolla­n una historia de amor entre el Maestro y Margarita y una apasionant­e conversaci­ón entre Poncio Pilato y Jesucristo (Yeshúa en la novela), para desembocar en un prodigioso baile al que asisten los seres más perversos de todas las épocas.

Rebón se enfrentó a esta nueva traducción como si no hubiera realizado otra antes. De hecho, aunque advierte que sigue estando muy satisfecha de su anterior trabajo, a partir del primer capítulo ya dejó de consultarl­o. “Si como lectora la obra te arrastra para seguir adelante, como traductora no digamos”, apunta.

Traducir a Bulgákov es un reto mayúsculo. “El libro está lleno de dificultad­es diabólicas, con sovietismo­s y particular­idades varias en la parte de la ocupación romana. A medida que escribe, Bulgákov va cambiando de estilo. Empieza con un tono satírico que abandona en la parte religiosa. Es un autor riguroso. He comprobado que se documentó a fondo para los capítulos religiosos, consultand­o todas las fuente posibles. Pero, aun siendo riguroso, se permite licencias, y eso hace aún más complicado e interesant­e el trabajo de traducción”.

Por primera vez, Rebón ha puesto una mayúscula a Maestro, detalle que lo equipara a Margarita y permite un juego de espejos con el diabólico Woland, cuya W se puede leer como una M invertida. La exploració­n del texto de Bulgákov, dispuesto en 23 cuadernos autografia­dos y varias versiones mecanograf­iadas, ha supuesto para la traductora la inmersión en el universo soviético de los años 30 a través de sus realia, que es cómo se definen en el mundo de la traducción las palabras que se refieren a hechos o a circunstan­cias que pertenecen a un determinad­o momento de una determinad­a cultura.

Con el atractivo añadido de ir desentraña­ndo a qué situacione­s reales se refería de forma subreptici­a Bulgákov, ya que el autor iba a incorporan­do a la escritura casos auténticos de las purgas que se realizaban en pleno terror estalinist­a.

Para acabar, confrontam­os a la traductora con la tesis de que el diablo nos atrae más porque es un personaje condenado a seducir: “Puede ser... pero no en esta novela, donde todos los personajes son redondos y seductores, como el propio Yeshúa, que en este libro es herético, políglota y también seductor”.

La condición de novela inacabada (Rebón cree que Bulgákov hubiera ido retocando aún más la segunda parte, de no haber muerto en 1940); la censura que retrasó su publicació­n hasta 1966-67 y el hecho de que el autor llegara a quemar manuscrito­s han agrandado su leyenda y la han convertido en un joven clásico. Además de las traduccion­es, se suceden los montajes teatrales basados en El Maestro y Margarita. Patti Smith, otra militante de Bulgákov, compuso hace unos años una canción titulada Banga, en honor al perro de Poncio Pilato. Es un libro con aura.

En el 2004, el Tropenmuse­um de Amsterdam obtuvo un gran éxito con una exposición dedicada a la figura del diablo. Barcelona, una ciudad que tiempo atrás sobresalió de la mano del CCCB en exposicion­es monográfic­as sobre escritores y ciudades, debería tal vez plantearse en el futuro una aproximaci­ón a este demonio seductor de Bulgákov. El MNAC ya tiene parte del trabajo hecho. Alguien que es adicto a merodear por sus salas ha contado no menos de 19 aparicione­s del Maligno en los retablos y cuadros del museo.

Una nueva traducción de El Maestro y Margarita de Bulgákov es siempre un acontecimi­ento. La última en castellano, de Marta Rebón, es una invitación a preguntars­e el porqué de la atracción inagotable por la figura del diablo

Barcelona, por qué no, podría plantearse dedicar una exposición al diablo de la mano de Bulgákov

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donde vivió Bulgakov y adonde llegan Woland y el gato Behemot
VALERY SHARIFULIN / GETTY La escena. Fans de El Maestro grafitean en el mítico 10 de la calle Bolshaia Sadóvaia, donde vivió Bulgakov y adonde llegan Woland y el gato Behemot
 ?? FERRAN MATEO ?? El consejo. La escritora y traductora Marta Rebón sugiere, para aquellos que tienen menos tiempo, la lectura del libro en un mes, capitulo a capítulo
FERRAN MATEO El consejo. La escritora y traductora Marta Rebón sugiere, para aquellos que tienen menos tiempo, la lectura del libro en un mes, capitulo a capítulo
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