El museo más antiguo de Amsterdam, abocado al cierre
La pandemia sentencia la mansión con iglesia clandestina
El Museo Ons’ Lieve Heer op Solder (Nuestro Señor en el Desván), el más antiguo de Amsterdam, se va a ver obligado a cerrar. Según anunció el canal TV5 de Amsterdam, las pérdidas por el confinamiento, la falta de presencia del sector turístico y el fin del subsidio anual de 600.000 euros del AFK, Fondo de ayuda a la Cultura de Amsterdam, son algunas de las causas.
La directora del museo, Birgit Büchner, ha reaccionado desolada, “primero cerrado por la pandemia, después baja la venta de entradas porque no hay turistas y ahora cese de los subsidios para el 2021. ¡Cómo es posible! No sé si vamos a sobrevivir”. Pero la dirección del AFK se lamenta de su política de reparto de fondos explicando que ellos también tienen pérdidas.
En pleno barrio rojo, a un cuarto de hora de la Estación Central se encuentra este edificio, patrimonio cultural, social y religioso de Amsterdam. Se trata de una mansión en el canal Oudezijds Voorburgwal 40, construida en 1660. La casa es modelo de vivienda de comerciante acaudalado del siglo XVII. Tiene su gran salón en el primer piso, techo alto, chimenea revestida de azulejos decorados con los típicos juegos infantiles, profesiones y temas bíblicos. Y además una iglesia clandestina de cuando el catolicismo estaba prohibido ocupa los pisos más altos. El reducido espacio sagrado cuenta con todo lo que un templo católico tenía en esa época: altar mayor, púlpito, confesionario y sacristía.
La clandestinidad tiene su explicación. Con la Paz de Westfalia en 1648, Holanda se independiza de la Corona Española y se convierte en la República de las 7 Provincias Unidas. El protestantismo es la religión oficial, judíos y católicos son tolerados, pero no pueden practicar su culto en iglesias o sinagogas públicamente ni ser funcionarios o pertenecer a las corporaciones profesionales. La tolerancia llevó al comerciante a alquilar dos pisos y habitación para el sacerdote para que los católicos del barrio pudiesen asistir a misa. El museo recibe unas 120.000 visitas anuales, en su mayoría de turistas que han oído lo inesperado y bonito del edificio por redes sociales o de boca en boca. Además, se sigue celebrando la misa una vez al mes.
Charlotte de Cloet, una voluntaria muy comprometida con el museo, escribía en Facebook a raíz de la amenaza de cierre: “Es un lugar único donde se combina y se mantiene viva la herencia cultural, social y religiosa del país. Desde hace cinco años se ha creado un espacio para que grupos de escuelas acudan a hablar e intercambiar ideas sobre temas éticos como diversidad, tolerancia, respeto y ahora sobre Black Lives Matter. En las escuelas de Amsterdam hay muchos alumnos de países no occidentales que aprenden qué es el respeto y la tolerancia tal como la vivimos aquí. Sería un gran error cerrarlo”.
Pero hay otro criterio que amenaza al mundo de los museos: la diversidad e inclusión del personal con formación artística que los dirige. Miembros formados en arte o gestión del arte de países no occidentales deberán formar parte desde ahora de los equipos museísticos y será un criterio de los que cuenten a la hora de recibir reconocimiento de cualquier tipo.
El museo Nuestro Señor en el Desván es una típica casa de rico comerciante del siglo XVII