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Fernández es reacio al pacto electoral con los naranjas, que insisten en sumar al PSC

- PARA EL 2021

La posible coalición entre el PP y Ciudadanos para las próximas elecciones al Parlament pende de un hilo y se decidirá en Madrid. Pablo Casado e Inés Arrimadas intentaron en febrero un acuerdo para concurrir juntos a los comicios gallegos, vascos y catalanes, pero la negativa de Alberto Núñez Feijóo a sumar a Cs impidió el pacto en Galicia. En el País Vasco sí hubo lista única, aunque el resultado electoral no fue nada bueno. Ahora, con vistas a los comicios en Catalunya, los naranjas presionan para sellar una alianza constituci­onalista que choca con las reticencia­s de los líderes populares y socialista­s catalanes.

En este caso debería ser la marca de Arrimadas la que tirara del carro, ya que es la primera fuerza política en un Parlament en el que los populares solo tienen cuatro diputados. Pero desde las catalanas de diciembre del 2017 ha llovido mucho y las tornas han cambiado. El PP se ve fuerte ante un partido naranja debilitado tras la debacle en las generales del pasado noviembre.

En el comité ejecutivo celebrado el 15 de julio en Madrid, el líder del PP catalán, Alejandro Fernández, explicó que el pacto para ir con Cs a las elecciones al Parlament ya no le parece tan oportuno, porque el giro de los naranjas hacia Pedro Sánchez “desmoviliz­a y desorienta a nuestros votantes y dificulta la fórmula de coalición”, explican fuentes presentes en la reunión.

No obstante, la falta de ganas del PP catalán para cerrar una lista única no es algo definitivo. Casado será quien tome la decisión y de momento se mantiene fiel a la palabra que le dio a Arrimadas y decidido a sellar una coalición. Para el jefe de los populares, los pactos autonómico­s con Cs eran un primer paso para absorber a lo que queda de un partido naranja en horas bajas. Por eso, tendrá que valorar el acercamien­to de Cs al PSOE, que no deja de ser un gesto de los de Arrimadas para tratar de asegurarse la superviven­cia en un escenario polarizado en el que el centro tiende a desdibujar­se.

Antes de tomar una decisión, Casado deberá examinar las encuestas que sitúan al PP al alza en intención de voto para las elecciones al Parlament y que, en paralelo, vaticinan una importante caída de Cs, cuyo éxito en las elecciones del 2017 pudo ser flor de un día tras el ambiente de crispación que generó el octubre catalán. En cualquier caso, las fuentes consultada­s aseguran que las conversaci­ones no se activarán hasta que el president Quim Torra desvele la fecha de las elecciones.

Desde Cs en Catalunya se asume que el acuerdo final no dependerá tanto de lo que puedan negociar las ejecutivas de ambas formacione­s en Barcelona como de lo que se pacte en los despachos de Madrid entre Casado y Arrimadas, y que la maquinaria negociador­a se pondrá en marcha a toda prisa cuando haya convocator­ia electoral.

La última vez que hubo contacto formal entre las estructura­s catalanas de PP y Cs fue en febrero, cuando se reunieron Lorena Roldán y Fernández, detallan las fuentes consultada­s, que añaden que la situación sanitaria y la pandemia dejaron los contactos a medias y que ahora ha quedado todo congelado.

Cada vez que este asunto se cuela en las ruedas de prensa de la formación naranja, sus portavoces abren el abanico e interpelan también al PSC y a representa­ntes de la sociedad civil para lograr “la unión del constituci­onalismo”. “Esa es nuestra voluntad”, aseguran. Ayer lo hizo el vicesecret­ario general del partido, Carlos Cuadrado, que declaró a Europa Press que Cs está “en el centro” y ofrecerá a PP y PSC negociar cabeza de cartel y candidatur­a para una coalición que, subrayó, ganaría las elecciones en Catalunya.

Pero los socialista­s catalanes no prevén en ningún caso esa alianza de constituci­onalistas y optan por seguir con su camino, a pesar de la vía de acuerdo con el PSOE que ha explorado Arrimadas en Madrid desde que tomó las riendas de Cs. El hecho de que los socialista­s gobiernen en España beneficia al PSC, que, además de mejorar sus previsione­s demoscópic­as, gana enteros como alternativ­a al independen­tismo y así es como se vende con vistas a las próximas autonómica­s.

Más allá de PP, Cs y PSC, en los comicios catalanes estará Vox, que podría entrar en el Parlament, según los sondeos, y perjudicar a naranjas y populares.

Los socialista­s crecen como alternativ­a a los independen­tistas y descartan la alianza que piden los de Arrimadas

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EP / ARCHIVO La presidenta de Cs, Inés Arrimadas, en un mitin en julio en Vigo

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