EMERGENCIA AMBIENTAL EN MAURICIO
Un buque encalla cerca de la costa y provoca una marea negra en el mar
La población de la paradisiaca isla Mauricio vive horas dramáticas intentando contener con miles de voluntarios el vertido de 4.000 toneladas de crudo del petrolero japonés Wakashio, embarrancado en la barrera de coral a pocos de metros de la costa (foto).
Las aguas turquesas que rodean Mauricio se han convertido en los últimos días en una marea negra. En el sudeste de la isla, el sueño paradisiaco es ahora una pesadilla para sus habitantes. La biodiversidad del país está en riesgo después de que un buque colisionara contra un arrecife de coral y haya vertido toneladas de petróleo que se expanden hacia la costa mauriciana. Su primer ministro, Pravind Jugnauth, ha declarado el estado de emergencia medioambiental y ha pedido ayuda a Francia al no gozar de los recursos materiales ni técnicos adecuados para tratar de frenar un desastre ecológico sin precedentes en la isla.
“Cuando la biodiversidad está en peligro, hay una necesidad urgente de actuar. Francia está allí, junto al pueblo de Mauricio”, tuiteó el sábado el presidente francés Emmanuel Macron, anunciando el envío de ayuda desde la vecina Reunión con un buque y un avión de la armada francesa, ambos equipados con expertos y equipos especializados de control de contaminación.
Mientras llegan los recursos necesarios, el fin de semana hubo desesperados esfuerzos en la zona, abarrotada de voluntarios con baldes y que improvisaron barreras flotantes de cáñamo y tela para tratar de contener el vertido. “La gente ha entendido que tenía que tomar la iniciativa para proteger a la fauna y la flora”, afirmó a AFP Ashok Subron, un militante ecologista. “Nunca nos recuperaremos de este daño, pero lo que podemos hacer es intentar limitarlo”, subrayó el experto ambiental, Sunil Dowarkasin.
El Wakashio, un granelero japonés pero registrado en Panamá con 3.800 toneladas de petróleo pesado y 200 de diésel para consumo propio, navegaba de China rumbo a Brasil cuando encalló a menos de 500 metros de la costa cercana a Pointe d’esny el 25 de julio. No fue hasta el pasado jueves cuando las autoridades anunciaron la filtración de combustible por grietas en la embarcación. “No sabemos qué pasará con el barco”, confesó Jugnauth, en el punto de mira de la oposición como también todo su Gobierno por su lentitud en actuar. Algunos ecologistas temen que el buque se parta y cause daños aún mayores en esa aguas cristalinas, si bien en las últimas horas los trabajos para sellar brechas y vaciar los tanques avanzan a buen ritmo.
Menos optimismo hay entre los 1,3 millones de habitantes de esta nación del océano Índico que viven de esas aguas, no solo por su alimentación sino también por su sector turístico ya mermado por la pandemia pese a que Mauricio ha sabido contener de forma notable la Covid-19 hasta el momento. La crisis ambiental parece ya incontrolable.
Según Greenpeace, miles de especies están en peligro y se calcula que las zonas afectadas tardarán como mínimo cien años en recuperarse.
El petrolero japonés con bandera de Panamá contenía 4.000 toneladas de combustible