Disturbios en Minsk tras la reelección de Lukashenko como presidente
Varias personas resultaron heridas en los violentos enfrentamientos ocurridos tras el cierre de los colegios electorales en Minsk, la capital de Bielorrusia, entre la policía antidisturbios y manifestantes opositores indignados con la victoria del presidente, Alexánder Lukashenko, en los comicios presidenciales celebrados ayer, en los que obtuvo un 79,7% de los votos, de acuerdo con los sondeos a pie de urna.
La policía recurrió a balas de goma, mangueras y granadas ensordecedoras para dispersar a los miles de manifestantes, que en una de las avenidas de la ciudad levantaron una barricada con bidones y otros objetos del mobiliario público, aunque la líder opositora, Svetlana Tijanóvskaya, instó a los bielorrusos, “civiles y de uniforme”, a no recurrir a la violencia: “Quiero pedir a la policía y a las tropas que recuerden que son parte del pueblo. Y a mis votantes, que abandonen las provocaciones y no den motivos para el uso de la violencia en su contra”.
Lukashenko, de 65 años y en el poder desde 1994, buscaba un sexto mandato presidencial en unos comicios que no contaron por vez primera con la presencia de observadores occidentales y ya había advertido al votar por la mañana que no permitiría una revolución a la ucraniana. Las elecciones tuvieron lugar en medio de las tensiones con Rusia y la normalización de las relaciones con Estados Unidos, que acordó con Minsk el envío de un embajador tras 12 años de ausencia.
El alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, había pedido a las autoridades que garantizaran unas elecciones “pacíficas, libres y justas”.
Pese a que Tijanóvskaya había congregado a decenas de miles de personas en sus mítines, Lukashenko aseguró que una mujer no puede ser presidenta bielorrusa y negó que la opositora fuera su “principal rival”.
Durante la campaña, los servicios secretos detuvieron a dos de los principales aspirantes opositores y un tercero tuvo que exiliarse, a lo que hay que sumar más de un millar de detenidos, entre activistas, observadores y reporteros. Además de impedirle celebrar mítines en Minsk durante la última semana, diez de los colaboradores de Tijanóvskaya, incluida su jefa de campaña, también fueron detenidos.