Mauricio se apresura a vaciar el buque encallado antes de su hundimiento
La isla Mauricio va a contra reloj. El inminente hundimiento del buque japonés varado a pocos metros de su costa sudeste ha obligado a centrar todos los esfuerzos en vaciar las cerca de 2.000 toneladas de petróleo que todavía permanecen en la embarcación con tal de evitar un desastre ecológico en los arrecifes de coral, las lagunas protegidas y las costas todavía mayor. Las corrientes y los vientos de las últimas horas han expandido la mancha negra que desde el pasado viernes se observa desde la isla. “Esperamos lo peor. El barco muestra grietas muy grandes y creemos que puede partirse en dos en cualquier momento, como máximo en dos días”, dijo a AP el ambientalista Jean Hugues Gardenne, de la Mauritian Wildlife Foundation.
La compañía Nagashiki Shipping, dueña del buque, informó del despliegue de dos barcos cisterna y varios helicópteros para tratar de extraer el combustible de la embarcación, que tiene las brechas en su base. Según informó el primer ministro, Pravind Jugnauth, ayer se pudieron bombear 500 toneladas de fueloil, pero aún quedan pendientes 1.959.
En un comunicado, Nagashiki Shipping pidió disculpas “al pueblo de Mauricio” y se comprometió a hacer “todo lo posible por proteger el medio ambiente y mitigar los efectos de la contaminación”. Expertos japoneses se sumarán en las próximas horas a los franceses llegados procedentes de la vecina Reunión bajo la orden del presidente Emmanuel Macron. El lunes desplegaron barreras flotantes para intentar contener cualquier nuevo vertido. Se suman a las barreras de cáñamo y tela improvisadas por miles de voluntarios mauricianos desplazados a Pointe d’esny. Trabajan codo con codo en la zona afectada desde el pasado fin de semana, ignorando la orden del Gobierno de dejar la operación de limpieza en manos de los funcionarios locales. El objetivo no es otro que limitar el enorme daño ya causado en un área de gran riqueza ecológica, como el parque marino Blue Bay.
La presión sobre el Ejecutivo de Jugnauth va en aumento. La población se pregunta por qué no se tomaron medidas inmediatas cuando el MV Wakashio, sin carga, encalló a menos de 500 metros de la costa al chocar con un arrecife de coral el pasado 25 de julio. No fue hasta el viernes que el primer ministro actuó, pidió ayuda internacional y declaró el “estado de emergencia medioambiental”. La oposición y los activistas piden la dimisión de los ministros de Medio Ambiente y Pesca.
El desastre en Mauricio no es sólo natural, sino también económico. Gran parte de las familias vive de la pesca y del turismo, un sector que este año ya estaba sufriendo por el fuerte impacto de la pandemia de coronavirus.